Álvaro Fernández: El mejor del equipo sin duda. Ha sostenido con intervenciones providenciales al equipo, sobre todo en la segunda mitad. Es el portero seguro que impresionó a la España futbolística hace tres años en Primera con el Huesca. Felino atajando los disparos y rápido en las salidas. Una alegría riojana.
Juanjo Nieto: De más a menos el lateral, con alegría al comienzo incluso para llevar el balón arriba. El penalti le ha desconcertado durante una fase en la que ha estado más inseguro. Para todo tiene. Se te queda cara de tonto o de víctima.
Rubén Pulido: Ha sufrido con las incorporaciones de Fer Niño, aunque no ha tenido errores de bulto. Hace falta más autoridad en esa posición.
Jeremy Blasco: El francés es un tipo tranquilo y se agradece, pero la verdad es que también ha padecido las arremetidas del ataque burgalés y ha ido menguando su rendimiento.
Iván Martos: Una de las satisfacciones del equipo por el potencial que se le aprecia, aunque un partido como el del Plantío no es el más óptimo para apreciar su capacidad para ser algo más que un jugador versátil y seguro. Acciones aisladas de calidad y el resto, a sufrir.
Ignasi Vilarrasa: Goleador el catalán al aprovechar el rechace de la defensa del Burgos. Da la sensación de una timidez exagerada y su querencia a irse hacia atrás no reconforta.
Óscar Sielva: Como sucedía el año pasado, ser un islote en un latifundio no ayuda a sus condiciones, pero está claro que es un jugador con criterio y calidad y cuando le llega el balón cuando menos sosiega. Pero tiene que dar bastante más.
Iker Kortajarena: Bien el vasco, generoso en el esfuerzo, atrevido para irse hacia delante, pero le sucede lo que a su compañero de penurias, que apenas tiene quien le nutra ni posibilidades de nutrir. Es como un buen chef sin clientes.
Gerard Valentín: Apático. Ni ha ayudado en defensa ni ha brillado en ataque. Sin desborde, sin enlazar con el carril ni con el medio campo. No es el cuchillo en mantequilla que queremos. Quizás tenga algo que ver su cabeza en otros lares en los que concluirá la campaña.
Samuel Obeng: Si lo del centro del campo es un islote, lo del ariete es directamente Perejil. Sólo le falta poner una bandera y esperar a que alguien se digne a ponerle el cuero al menos para que se busque la vida. Una gran jugada casi acaba en gol con su centro a Joaquín en el segundo tiempo. Por lo demás, lo mejor que en el primer palo ha despejado todos los córners burgaleses.
Enzo Lombardo: Le aplica similar casuística que a Gerard Valentín. Detallitos sin trascendencia y continuidad nula. El francés ha iniciado la temporada en sentido inverso al final de la pasada.
Joaquín Muñoz: No es demasiado del agrado del Cuco Ziganda, pero es una verdadera pena que no sea capaz de motivarlo para que exprima su velocidad. No tiene el míster demasiados recursos como para prescindir de los pocos capaces de penetrar con peligro.
Dani Escriche: El de Burriana ha tenido una eclosión espectacular en el encuentro con la jugada que ha iniciado y ha estado a punto de acabar en gol, pero luego se ha desinflado, en el tenor medio de sus compañeros.
Álex Balboa: Pues más allá de la tarjeta amarilla y de un ímpetu sin causa, poco para juzgarle.
Miguel Loureiro: Pocos minutos y en ellos el Burgos ha creado peligro por su banda. Difícil juzgarle.
Jorge Pulido: Testimonial el capitán, al que el equipo le necesita como el comer.