Para Los Alcorazados no ha sido un partido como cualquier otro. La peña de animación del Huesca lleva semanas sumida en la tristeza y en la búsqueda de la manera de eternizar, como merece, a uno de los suyos. Al malogrado, al recordado, al añorado Guillermo Estallo, al que un maldito accidente le dejó inerte en la carretera, él que tanta vida dio con su fervor azulgrana en El Alcoraz y allí donde el equipo de El Alcoraz fuera a lidiar.
Mientras los del campo penaban con más pena que gloria, al cumplirse el minuto 20 y entrar en el 21 (día de su cumpleaños) ha comenzado un aplauso en la zona de Los Alcorazados. Inmediatamente, el contagio ha sido generalizado al percatarse el público de todas las gradas que la ovación era por el joven imprescindible en la animación del Huesca, y durante prácticamente dos minutos no se acallaban las palmas con toque emocionado y fúnebre. Un escalofrío recorría la columna de cada espectador, piel de gallina en la primaveral noche de San Jorge.
Inmediatamente, Los Alcorazados prorrumpieron con un primer cántico: "Guillermo Estallo, lolorolololo, Guillermo Estallo, lolorolololo, Guillermo Estallo". Y las lágrimas asomaban a los ojos como ríos de tributo al que amó al Huesca hasta su último aliento.
CÁNTICO ESPECIAL Y FLORES
En una peña tan cantarina como Los Alcorazados, la máquina de componer canciones ya había dado a luz una pieza específicamente dedicada a Guillermo Estallo, cuya letra es la siguiente:
"Alcorazado desde el 2009
azulgrana alli donde fueres
Ahora en el cielo animas a tu huesca
Por nuestro hermano la victoria es nuestra!
Cada partido estarás con nosotros
Nunca se falla aquí no se rebla
Vamos Huesca hazlo por mi amigo
Vamos Huesca hazlo por nosotros"

Al hermano alcorazado de Guillermo, la peña le ha entregado una pancarta con la efigie del amigo ausente en cuerpo y presente en alma, además de un ramo de flores para que la haga llegar a su madre. Aroma de rosas y cariño, fragancia del cerro de San Jorge.
La única parte del "contrato" que no ha cumplido ha sido esa tropa de almas en pena uniformadas bajo la Cruz de San Jorge. Y ya van dos oportunidades de tributo desperdiciadas, sin meter la pierna para dar una victoria a ese Guillermo Estallo que recorrió las carreteras que acabarían siendo su tumba para alimentar con su aliento las fuerzas de los de corto.