SD Huesca: Los dos patitos, un respiro para la esperanza

12 de Diciembre de 2025
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Enol y Portillo en ataque. Los dos patitos a la alforja
Enol y Portillo en ataque. Los dos patitos a la alforja

22. Los dos patitos suenan a música celestial, a una reinterpretada versión del Tota Pulchra. Para quienes recientemente hemos disfrutado del subidón nostálgico de Los Pecos en directo, a esperanzas. Era lo que buscábamos después de la irregular primera vuelta de un Huesca en la que llegamos a soñar sin mucho fundamento, nos hundimos sin cimientos racionales y finalmente parece que hemos encontrado el equilibrio.

Si algo hay que agradecer a Jon Pérez Bolo, es precisamente el equilibrio, es el poso, es la apuesta por las ideas claras aunque en el fútbol de hoy todo es confuso. Sucede como con el penalti señalado a Pulido. Definitivamente, a los centrales hay que someterles a una operación de extirpación de los brazos. Es la manera en la que no estarán pringados por la indefensión. La acción coral de la pena máxima entre el joven árbitro navarro -que por lo demás ha dejado jugar y pinta bien- y el VAR que le ha inducido a la confusión no admite otra interpretación que la de la inexistencia de la infracción (Fouto y su colega no lo han entendido). Y del doble error. Penalti y amarilla. Sólo ha faltado mandarle a galeras.

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Es ésta una categoría de cara o cruz en la que el desempeño no garantiza éxitos ni penaliza con fracasos. Cuestión como nunca de eficacia, los entrenadores han de saber buscar un punto de armonía en el que los veteranos han de ayudar con su poso a los jóvenes y éstos poner la puntilla con su brío. Es cuanto ha acontecido, a pesar de que la combinación de fallos Portillo-Pulido en el penalti es un lujo asiático que no se puede permitir en la Segunda División.

Para la esperanza, la estelar tela de araña de un Dani Jiménez ya en versión hidalguista. Y la irrupción de Ángel Pérez y de Enol, que están siendo las mejores noticias con el aliciente -esperanza otra vez- de que sólo pueden crecer. El carrilero promete hacernos olvidar a Gerard porque su capacidad de penetración es pelín menos acerada aunque más vertical y su físico le adelanta. En cuanto al ariete, está aprendiendo con Enrich a su lado y su potencia es descomunal, si bien es recomendable que olvide las peleas estériles con los centrales. En la segunda mitad, ha mejorado al centrarse en el desmarque y obviar el choque.

22. Los dos patitos. A tres de la matemática -punto arriba, punto abajo- estimación de la salvación, el primer objetivo, pero con los recursos de este año no el único. Tenemos derecho a soñar, y también a exigir un mercado de invierno que resarza los errores gruesos del estival, en mi humilde opinión poco comprensibles cuando hubo semanas para encontrar soluciones a la errática, descabezada y alocada contratación inicial. Recuerdo a un profesor de marketing que en un máster nos explicó: "Lo malo no es meter la pata, lo malo es sacarla después de los errores cuanto antes". En busca del equilibrio perdido, los dos patitos son un buen punto de inicio. 

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