Sociedad Deportiva Huesca: vivir en el autoengaño

29 de Octubre de 2023
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Rubén Pulido e Higinio
Rubén Pulido e Higinio

Recuerdo una frase feliz de una conferenciante, Maica Raga, en Estepárea. Vino a decir que donde quien no tiene ganas encuentra excusas, el que tiene ganas encuentra motivos. En la Sociedad Deportiva Huesca, de un tiempo a esta parte se esgrimen permanentemente excusas. Que si todos los equipos están muy mal económicamente, que si la caída de los ingresos, que si los mercados son duros, que si, que si...

Es cierto que, por la circunstancia que sea, la dirigencia no es buena encontrando motivos ni, sobre todo, inyectando motivaciones a la afición. Estoy convencido de que están encantados de que ya no se entonen los cánticos y, sin embargo, que no suenen es una pésima noticia porque la sucesión de la protesta ha conducido a la indiferencia. Una pésima noticia. Tampoco lo es el director deportivo, que ha convertido nuestra memoria en una repetición de sus compromisos de equipo competitivo y compensado para estar al menos en mitad de la tabla. Supongo que la presencia de Lalo Arantegui en tribuna es meramente circunstancial.

La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. Cada partido, se muestra desnuda, demoledora. Es como la tuneladora del Somport que va horadando las entrañas, con la diferencia de que no sabemos cuándo llegará el final del túnel, a estas horas de la tarde, 19:36 de este primer día de horario de invierno y tanto más oscura, teñida por un presente lóbrego. Preferir patrimonializar el sentimiento negando la responsabilidad es un mal negocio para la causa. 

Para hacer una buena confesión, el dogma nos decía que eran precisos cinco requisitos: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. Es probable que hayan dado el primer paso, pero lo ignoramos. Lo que sabemos a ciencia cierta es que, frente a la petición de que tuviéramos fe en una realidad económica estupenda cuando no boyante, el ahorro exigido en jugadores más allá de lo anunciado ha empobrecido el desempeño sobre el césped, el de personal extradeportivo lleva camino de superar también lo adelantado tras la asamblea y el de los contratos externos se desenvuelve en el territorio de la opacidad.

A quienes demandamos transparencia y hemos de buscarnos la vida con fuentes tan buenas que son las que tienen una mayor preocupación por el club, todo nos sueña a una nueva cultura de la Sociedad Deportiva Huesca, arraigada desde hace tiempos indefinidos, en la que se utilizan los parches de la negación para taponar cráteres de las explosiones deportivas. Boquetes gigantes. No sé si hay examen de conciencia o dolor de los pecados, pero desde luego el propósito de enmienda se antoja oculto a pesar de que, tarde o temprano, alguien habrá de cumplir la penitencia.

Mientras tanto, escuchando a los responsables deportivos, al entrenador y los jugadores, se confirma que dentro de la nueva filosofía de la negación (una de las fases del duelo que a todos nos gustaría eludir) la moda está en decir que jugamos de bitch mother, que generamos tropecientas oportunidades y sólo nos gusta hacer gua. Y, como exclamaba dolido Ortega, no es eso, no es eso. El gran Demóstenes lo resumía con rotunidad: "No hay nada más fácil que el autoengaño, ya que lo que desea cada hombre es lo primero que cree". Pero el autoengaño desemboca en el precipicio.

 A estas horas, ya las 19:47, me gustaría volver a pronunciame como la pasada semana, y creer para crear y lograr. Pero me lo ponen punto menos que imposible los peloteros y los del palco. Quiero autoengañarme, pero, como no me aportan argumentos, no puedo. Estamos en depresión y rechazarla no conduce a la recuperación. Creo, vaya.

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