El copiloto oscense Themis López ya podrá decir orgulloso que es finisher de la carrera más dura del planeta, la 45ª edición del Rally Dakar. Joan Font ha formado equipo con López y ambos han cruzado la meta en el puesto 16. Era la primera comparecencia en esta gran prueba y, montados en un buggy del FN Speed Team, confirma que ha sido una experiencia "increíble" bañada por una afición al motor que le viene desde pequeño. "Un sueño", como él afirma, "bastante duro" por la dificultad y las condiciones -sobre todo climatológicas- en las que se ha disputado el Dakar este año.
El frío y el agua han sido los protagonistas en una carrera más extensa que en ediciones pasadas. Partiendo de que en este 2023 se han completado hasta 15 días de carrera, algo que nunca había sucedido hasta ahora. "Llovía incluso dentro del coche. Además, había tramos muy exigentes. La gente se había quejado de que no era duro y ahora lo han endurecido". El agua hace que la arena se comporte de manera diferente a cuando está seca, por lo que la conducción también varía.
Aunque la mecánica ha respetado -hay que ser conscientes que la suerte en este aspecto también influye-, el objetivo del catalán y el altoaragonés parecían claros. Por eso, con la idea de terminar la carrera y poder cruzar la línea de meta, "hemos ido a un ritmo bastante conservador, con el trabajo de poder llegar y siendo cuidadosos. Pinchamos dos ruedas, pero el coche ha aguantado muy bien". Confiesa que lo que más le ha sorprendido para bien es que ha llegado a la carrera en un buen estado de forma. "Físicamente me he encontrado mejor de lo que me esperaba, aunque habría necesitado algo más. Es un evento gigante, con muchos medios a nivel organizativo". Y respecto a la organización, a cargo de la empresa ASO, en un país como Arabia Saudí, subraya que el Dakar es "un poco burbuja porque estás muy aislado. Hay mucho control policial de la carrera, mucha seguridad y poco público, a diferencia de Sudamérica".
López ha debutado en el Rally Dakar como copiloto, algo para lo que se ha tenido que formar en los últimos meses después de estar tantos años pegado al volante. Pero realmente no ha tenido mucho tiempo para esta formación, pues el proyecto le salió a finales del mes de octubre. "Copilotar es totalmente diferente. Joan -su piloto- es increíble, han sido muchas horas juntos, nos conocimos en octubre y nos entendimos rápido".
Ya en casa, y una vez pasada la euforia por cruzar la meta, el oscense ya se encuentra planteando la temporada sobre las cuatro ruedas. Explica que todavía no sabe si podrá repetir y volver a correr el Rally Dakar del año que viene, pero sabe que, en caso de hacerlo, eso podría suponer sacrificar otras pruebas del curso. Entre medias está el Rally de Barbastro, del que es organizador el propio López con su buen amigo el barbastrense César Abraldes. "Es una prueba que hacemos con mucha ilusión. Es como si fuera una carrera nacional porque trabajan alrededor de 120 personas, el presupuesto que hay, los equipos... trabajamos mucho para eso".
Mientras tanto guarda con cariño y recuerda el gran recibimiento que tuvo en el aeropuerto esta misma semana tras regresar de Arabia Saudí. Familiares, amigos e incluso el presidente de la Federación Aragonesa de Automovilismo, Ánchel Echegoyen, le esperaban allí para crear un momento "muy guay, no me lo esperaba, parecía Carlos Sainz cuando le reciben después de ganar el Dakar", concluye el altoaragonés.
