Ficha del festejo:
Lleno en la Plaza de Toros de Huesca en la tercera corrida de abono. Seis toros de la ganadería Salvador Domecq, varios de ellos escasos de trapío y de muy poco juego, sin raza ni casta. Bien presentados primero y tercero.
Manuel Díaz "El Cordobés", de azul y oro: Cogido en el primero de la tarde, tiene que ser trasladado a la enfermería para ser operado por una herida por cuerno de toro de 20 cm en el triángulo de Scarpa derecho con trayecto superior y externo y otro infero-interno; y una herida contusa en el segundo dedo de la mano izquierda con fractura expuesta y conminuta de la falange media.
El Fandi, de carne y oro: media estocada y descabello (silencio). Dos pinchazos y estocada. Estocada tendida y fuerte petición (vuelta al ruedo).
Joselito Adame, de blanco y oro: estocada (petición). Pinchazo y estocada (petición). Tres pinchazos y estocada (silencio). Brinda su segundo a su compañero El Cordobés dejando la montera en la puerta de la enfermería.
Incidencias: Antes de comenzar el festejo, El Cordobés recibe un reconocimiento por parte de la Peñas Recreativas de Huesca que recoge en el ruedo, pocos minutos antes de su grave cogida. Joselito brinda su último toro a Agustín Lasaosa, quien fuera presidente del Huesca, presente en el callejón del coso taurino.
Así es el toreo. Cuando mejor pinta la tarde y por mucha emotividad que esté cargada, llega en un momento en que se borra absolutamente todo de un plumazo. La alegría de la mañana que se visibilizó en el reconocimiento que el Ayuntamiento de Huesca quiso brindarle por su extensa trayectoria como matador de toros, se ha tornado este sábado por la tarde en signos de dolor y preocupación. Con El Cordobés corneado y en fuera de juego, el cartel se ha quedado en un mano a mano entre El Fandi y Joselito Adame.
Nada más comenzar y al ir a lancear a su primer toro, El Cordobés, pegado a tablas, ha sido embestido por Mochuelito. Arrollado como un trapo, el toro, que se quedaba sin escapatoria, se lo ha colocado como si fuera un sombrero para llevarlo puesto un par de metros. Al diestro prácticamente ni le ha dado tiempo a desplegar el capote. Una vez en el suelo, se ha levantado por su propio pie, levantando la mano izquierda ensangrentada en señal de herido. En un principio, no parecía tener cornada en el muslo, pero después el parte médico del doctor Enrique Crespo ha confirmado una cornada de 20 centímetros de trayectoria. Paradojas, poco después Mochuelito ha sido devuelto a los corrales tras perder en varias ocasiones las manos.
La corrida, de falta raza y de escaso juego, ha sido exprimida por dos toreros diferentes, cada uno con su concepto del toreo y público. Un respetable que tenía ganas de ver orejas, envidiosos de la tarde del viernes, que se ha tenido que marchar sin tocar pelo de la corrida mediática de la feria por excelencia.
La actuación de El Fandi ha estado basada en la puesta de banderillas, tal y como es habitual en él, con un público entregado. En su primero, ya con El Cordobés en la enfermería, ha demostrado ser uno de los "capos" en el tercio de los palos. Un genio en toda regla en mitad de una plaza que bullía. Ha terminado con un par al violín para desatar la locura en los tendidos. Con la muleta, la primera tanda ha tenido mucha ligazón y sentido, dándole espacio y tiempo al animal que era justo lo que pedía. Los derechazos con profundidad se han perdido en el horizonte porque el toro perdía las manos. Ya en el pitón izquierdo se le han visto las costuras a un burel de poco motor.
Al segundo, el tercero de la tarde, más redondo pero con menos cara, lo lancea por bellos delantales antes de comenzar de rodillas con la muleta y sufrir una voltereta que le ha dejado en el suelo mermado, sobre todo en su pierna derecha. Una vez en pie, el público le ha reconocido su actuación a grito de "¡torero, torero!". Sin embargo, ha estado muy firme en la cara y le ha exprimido hasta la saciedad. Un doble pinchazo le ha negado el trofeo.
En quinto lugar ha lidiado el sobrero que ha salido en lugar de Mochuelito. Este ha sido el toro de más peso de la corrida (580kg), de poca calidad que se quedaba a medias, sin ninguna gota de fuerza. El Fandi ha buscado la reacción de la gente jugando con un sombrero en la cara del animal, pero ni con esas ha logrado lo que pretendía. Bien es cierto que la petición ha sido muy fuerte y el presidente no la ha concedido. También es muy cierto que, en caso de que la primera oreja sea del público -como así es-, es injusto que El Fandi se haya ido de vacío este sábado.
No siempre a uno le sonríe la suerte. Es lo que ha debido pensar el bueno de Joselito Adame, acartelado por segunda tarde consecutiva en la Feria de La Albahaca por méritos propios y en sustitución del lesionado Cayetano Rivera. Ha recibido al primero de su lote con una combinación de chicuelina, verónica y media de mucho arte. Al animal, el de mayor trapío de la corrida junto con el primero-, había que hacerle las cosas con serenidad, con espacio y con suavidad. El azteca ha generado tandas con profundidad y varios naturales por el pitón izquierdo muy bonitos, pero todo ha quedado sin premio por la espada.
Por saltilleras y después de brindar a su compañero El Cordobés dejando la montera en la puerta de la enfermería, Adame ha recibido a su segundo que no tenía ni un gramo de raza, muy cabeceador al final de la muleta. Una faena carente de emoción. Se ha arrimado buscando lo que el toro no le daba pero no había nada que rascar. Y en el que cerraba la tarde más de lo mismo: delante ha tenido "algo" de corta embestida y sin codicia. Lo ha intentado al natural por izquierda pero la mansedumbre, ni para adelante y para detrás.