Las circunstancias fueron distintas a las de la Feria Taurina de la Albahaca 2024. En aquella ocasión, protagonizó una escena épica, que trascendió Huesca y llegó por imágenes a todas las televisiones nacionales. En medio del aguacero, que aconsejaba la devolución del toro a los corrales, el torero aguantó estoicamente el chaparrón y completó la faena, sin zapatillas, para acabar con su trabajo en medio de una profunda admiración por su entrega. El público lo reconoció, y es que no es fácil que una máxima figura del toreo se emplee hasta más allá de lo razonable en una plaza de Segunda, por más que el ciclo ferial haya alcanzado ya una reputación muy merecida.
Aquel día, suspendido el resto de la corrida, Andrés Roca Rey se preparó en su hotel y acudió a un restaurante que le habían recomendado: el Fosko. Para alguien "forano", como decimos aquí en aragonés, no es insólito pensar que va a encontrar mesa y mantel, aunque sea en plenitud de las fiestas. San Lorenzo es mucho San Lorenzo y el refectorio tiene su prestigio, con lo cual llegó al Coso Alto, número 19 (el mismo que EL DIARIO DE HUESCA), y se montó un revuelo descomunal entre los clientes que abarrotaban el local. El "imposible", cuando llega una figura como el maestro limeño, no existe y, finalmente, Víctor y Karen hicieron un hueco.
La prueba más palmaria de la satisfacción del diestro y de sus hombres de confianza, amables hace un año hasta el extremo, es que este día 13 de agosto han repetido. Se presentaban esta noche también y nuevamente se apoderaron las muestras de admiración. En este 2025, venía de cortar sendas orejas a sus oponentes y con la cara risueña que le caracteriza. Atendió, hasta el comedor, las solicitudes de fotos y de selfis , y ya se sentó para reponer fuerzas después de su esfuerzo. Conocidas son las buenas carnes, los mariscos, los pescados y los entrantes de calidad del Fosco, se presume que concluyó la velada con una satisfacción que acumular a la vivida en el albero. Y fue tremendamente amable para fotografiarse con gente menuda, que agradeció su simpatía.
Otro de los toreros que ha disfrutado de las especialidades del Fosko ha sido Manuel Escribano, el sevillano que en la presentación de la Feria de la Albahaca en la Casa de Aragón en Madrid relataba una noche inolvidable en las fiestas de Huesca, en las que tras sus faenas en 2024 concluyó en el baile de la Plaza López Allué no sin antes cenar en el Fosko, donde le habilitaron un espacio por intermediación del presidente del Huesca, Agustín Lasaosa.
Presencias que confieren una promoción justificada a la gastronomía oscense porque en esta plaza que es la ciudad de San Lorenzo se come como en los viejos refectorios cortesanos o monacales: como Dios (con perdón).