La generosidad de Costa y el futuro del Huesca

22 de Diciembre de 2023
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Celebración del gol de Hugo Vallejo. El Huesca necesita muchos como éstos.
Celebración del gol de Hugo Vallejo. El Huesca necesita muchos como éstos.

7 de diciembre de 2022. Jorge Costa me telefonea. Hombre con una agenda de extrema ocupación, me sorprende. Me invita al palco, al Huesca-Andorra. Por mis obligaciones profesionales, le contesto que voy tras el partido. Me comenta que le han ofrecido comprar el club y necesita opiniones externas y elevadas, y ahí demanda mi interlocución que, naturalmente, es suya. Jorge es una persona extraordinaria, que ve más allá de los demás pero, además, tiene un arraigado sentido de la tierra. De aquello hace un año y quince días. Hoy tenía que contarlo.

En estos 380 días, su paciencia ha sido digna del santo Job. Se ha visto en boca de todos, él que está acostumbrado a cerrar tratos y negocios en la más absoluta discreción como todo empresario. Ha pretendido, a través de su principal hombre de confianza, conseguir la información exacta del estado de la Sociedad Deportiva Huesca, en un trabajo de minas anti-persona en las que cada intento de paso adelante se veía frenado por una opacidad incomprensible. En ocasiones, el mundo de la empresa sufre este tipo de dificultades, de complejidad. Lo que parecía inminente se fue demorando. Hubo una especie de filibusterismo administrativo, tratando de prolongar lo que podría haber sido eficiente. En mayo, tres días antes de la presentación de mi libro, me llamó para disculpar su ausencia por un viaje al extranjero. Le pregunté a este hombre discreto y entrañable. Su respuesta fue lacónica: todo estaba en el aire.

Conforme se fue conociendo el debilitamiento de la posición económica y financiera del club (la conferencia de Gonzalo Ávila, más allá de algunos artificios, lo revelaba), el asunto saltó a la palestra con más fuerza. Para entonces, su nombre ya se había citado en varias ocasiones en comparecencias del Huesca. Mal hecho. Mala táctica para una negociación, para una venta. Error impropio de directivos, pero era lo que había. Incontinencia inconveniente. No es Jorge Costa hombre impresionable por las presiones. Así no se eleva el edificio empresarial que le ha convertido en gran referente de Aragón y nacional e internacional. Su diversificación va acompañada siempre por la discreción. Cuando se presenta una nueva línea del grupo, la pieza está cazada.

Aun con todo, su compromiso con el deporte y con Aragón le hicieron dar un paso -casi- definitivo: había dado el sí a la compra tras las gestiones del Gobierno de Aragón, pero en nuestro titular destacábamos que la pelota estaba en el tejado del club y de Petón. Allí, intramuros, había corrientes que remaban en opuestos sentidos. Ahí se ha quedado por circunstancias varias que no hacen sino ratificar su voluntad, por un lado, y confirmar la imposibilidad de la operación, por otro. Se ha retirado con una elegante discreción. Sin hacer ruido. Consciente de que él y su asesor valen más por lo que callan que por lo que dicen. Perpetuando su compromiso con el Huesca en el estatus en el que lleva años, pero sin dar un paso adelante definitivo. Sin lugar a dudas, el Huesca ha perdido este partido. Porque el Huesca, como cantaron ayer Los Alcorazados, "somos nosotros", esto es, todos. Yo respeto su silencio y me siento obligado moralmente a recalcar su impecable disposición de dar viabilidad a la sociedad.

Es el nuestro un club que atesora, y dilapida, muchas vidas. A cuenta del dúo dinámico virtuoso, Lasaosa y Petón, y su acierto para alzar al Huesca hasta la gloria, ha gozado del favor de las instituciones. Lo tuvo cuando era perentoria la conversión en Sociedad Anónima Deportiva y el Gobierno de Aragón le transfirió 1,6 millones de euros hace más de quince años. El dinero que posibilitó la llegada a nuestra situación fue público, aunque la atribución de la propiedad sea otra (como comisión por tal gestión de la empresa cuyo nombre todos identificamos). A raíz de ahí, en conceptos de patrocinios y ayudas a la Escuela de Base Aragonesa (con cifras mareantes desde Gobierno, DPH y Ayuntamiento), todo ha ido de cara desde las administraciones, hasta el momento actual en el que el actual ejecutivo aragonés obtuvo el compromiso de Costa... hasta que la visión final de la realidad del club le haya hecho desaconsejable seguir adelante.

Es el Huesca una empresa que no ha sabido ni analizar, ni gestionar ni capitalizar sus éxitos, tan impensables como insospechado es su declive. Ha tenido al mejor inversor de Aragón y lo ha dejado ir. Y ahora se apresta, para aferrarse a la vida con fichajes que no garantizan pero si pueden ayudar en el objetivo de la salvación, a un nuevo escorzo con un patrocinio nuevamente favorecido por la gestión institucional. No, nadie se engañe, vender a Kanté y Lombardo apenas serviría para hacer una contratación importante con el 50 % de la masa salarial liberada. Y, lo peor de todo, la zozobra ataca a la afición pese a que la compañía del conferenciante económico de la Corte del Cocorón esté ofreciendo el club a fondos de escaso arraigo y con posibilidades muy pequeñas. Como la canción de Mocedades, el Huesca ha perdido su tren en el que el maquinista era de la máxima solvencia para una larga viabilidad. Evaporada la credibilidad y la confianza, sólo queda rezar. Que el Niño Jesús se apiade de nosotros.

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