Oikos: la hora del paso del Derecho a la Ética

La Fundación y el Club tienen la oportunidad, 58 meses después, de cumplir la palabra de quien era entonces el presidente

27 de Marzo de 2024
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Oikos: la hora del paso del Derecho a la Ética
Oikos: la hora del paso del Derecho a la Ética

Es hora de hablar. Hoy, Miércoles Santo de 2024. Explicar muchas cuestiones que quedaron en el tintero por las presiones, por las indecencias, por la fobia a Huesca y a la Sociedad Deportiva Huesca, por espurios intereses personales y empresariales. Es el tiempo, pasada la voz del Derecho que se ha dilatado hasta el punto de comprometer el sentido de la Justicia, de la Ética. De la individual y de la empresarial de la SAD. Algunas apreciaciones que nunca se han escrito y que tan bien ha definido Ricardo Orús refiriéndose a su cliente: el Calvario.

Aquel 28 de mayo de 2019 sucedieron muchísimas cuestiones. Recuerdo aquella mañana soleada y, sin embargo, tenebrosa. Sí, se adelantó en la primicia el acorazado Potemkin de la prensa aragonesa, cuyo chef, ya enseñoreado del diario que teóricamente -sic- dirigía un servidor, urgió para que publicáramos a saco, a tope, sin contrastar, ya lo habían hecho ellos.

Esa misma mañana, hablé con Petón, que estaba epatado, naturalmente. Incluso tratamos sobre el futuro, sobre la posibilidad de que los dos "hermanos" se despidieran con procesión bajo palio de una ciudad agradecida, y dejaran una estructura muy profesional. Poco después del mediodía, Manolo Torres me llamó para pedirme el teléfono de José María Fuster-Fabra para que se hiciera cargo de la Defensa. Era consecuencia del cariño que nos profesábamos -y con Agustín- tras el reconfortante Huesca-Español en Primera. Ahí empezó la defensa.

En el plano mediático, en el país donde la presunción de inocencia nació aborto, el acoso y derribo fue demoledor. Tristísimo. Agustín habría matado, supuestamente, a Manolete metido en la piel zahína de Islero. Las vicisitudes personales y profesionales de este escribano y de Pichichi fueron terribles. Censura interna desde el grupo, con la interpuesta como espía zaborrera, presiones y tensiones horrorosas. Vetados titulares, milimétricamente vigilada cada letra que pudiera beneficiar al Huesca y a Agustín. Recuerdo al director generaldel club  agradeciéndome el esfuerzo de Miguel Ángel y mío nadando contra corriente. Un calvario, en versión Orús. Un infierno.

El resto de medios nacionales se dedicaban a la narrativa sin fin. Daban igual los interrogatorios y las respuestas de los investigados. Lo importante era el titularazo. Aquel junio de 2019 el Huesca era, desgraciadamente, "trending topic". Más allá del interés de los periódicos y televisiones generalistas inventando ponzoña, en los medios de la vecina ciudad-Estado el ensañamiento era tremendo. Habíamos dejado desde hace tiempo de ser los segundones y nos habíamos encaramado a la proa del fútbol aragonés. Demasiado para el caciquismo iletrado que impera en la capital romaredista, ese que dice que cambia gobiernos y que se reúne endogámicamente en pomposos desayunos donde, tras el abrazo, va la daga en la espalda.

Ya apuntaban perlas policiales dignas del inspector Clouseau en torno a una investigación, vamos a dejarlo así, extraña. Policías que hablaban con Lasaosa de que vendiera el club, el agente ligón con la mujer de Íñigo López, las trenzas de Almudévar o el aceite como metáfora de la pasta... Las apuestas del Huesca-Nastic que pronto dejan de ser tendencia y pasamos al Reus-Valladolid, un juez de lentitud de tortuga, una dilatación exasperante,...

En los predios mediáticos de Zaragoza ya no había tantas certezas, pero nadie publicaba nada que beneficiara a la causa del Huesca o de Lasaosa. La inquina obligaba a culminar todas las iniquidades posibles contra la integridad periodística. Sólo faltó el gol de Galán y otro ascenso, ¡pero qué hacen estos palurdos de Parque Goya!

Desde entonces, han transcurrido varias civilizaciones judiciales, con prácticas filibusteras que distan del espíritu de los plazos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Pero, por fin, en paradoja con aquel 28 de mayo de 2019, el cielo nublado de esta mañana del 28 de marzo de 2024, justamente 58 meses después, se ha hecho Justicia con el archivo de la causa. Desde edificios señoriales de la ciudad hermana, se escucha el rechinar de dientes. Y, sin embargo...

Sin embargo la faena está aquí. En convertir la palabra de la Justicia en obligación de la Ética. Esa que enseña el camino correcto, la rectitud para cumplir lo que el entonces dueño y presidente de la Fundación Alcoraz, Petón, prometió a Agustín Lasaosa con testigos presenciales: la restitución a su puesto de dirigente de la Sociedad Deportiva Huesca. Nadie le va a resarcir, como nadie le va a recuperar el corazón a un Carlos Laguna que es la viva imagen de la injusticia cuando se eternizan los procesos, de este terrible infierno que ha sufrido. Pero, al menos, va a servir para proclamar la inocencia sentenciada. Y va a dar una oportunidad al club y a la Fundación para regirse moralmente y respetarse a sí mismos con la sacralización de la palabra dada. Lo de menos es que quien la pronunció ya no esté, porque lo hizo en representación de la institución. Y la institución está por encima de las personas. He dicho.

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