Asistí al pleno municipal con otras compañeras de la plataforma de Bienvenidxs Refugiadxs con el objetivo de requerir a la alcaldesa se decretase, en el ejercicio de las competencias de Alcaldía y con fundamento en el art. 35.1 de la Ordenanza de Convivencia, la inmediata retirada por la policía municipal de los vergonzosos carteles con mensajes xenófobos y racistas en las vallas publicitarias de esta ciudad.
Cuál fue mi sorpresa, cuando escuche la propuesta de resolución nº14 presentada por el Grupo Municipal Popular para la anulación del acuerdo plenario de guardar un minuto de silencio en las sesiones plenarias, cuando se produzca un asesinato de una mujer víctima de violencia de género, en el periodo entre plenos.
No daba crédito a lo que estaba escuchando mientras recordaba los recientes asesinatos de cinco mujeres y de un niño de tres años de edad… La defensa de la propuesta totalmente fuera de lugar, argumentando su defensora por un lado que su formación ha mantenido una posición firme en la defensa de los derechos de todas las mujeres, condenando con rotundidad la violencia contra ellas, y por otro lado señalaba que el minuto de silencio ha perdido valor simbólico y se ha convertido en un acto institucional rutinario.
Escuchar en la defensa de la propuesta, que son mujeres, madres, esposa o parejas y que además ocupan cargos de responsabilidad en el gobierno municipal para argumentar su compromiso con la igualdad, me causa bochorno. No son conscientes - o si lo son, que sería todavía peor-, que somos las mujeres quienes también perpetuamos los roles patriarcales.
La medida, planteada como propuesta de resolución del Grupo Municipal Popular, ha contado con el rechazo de los 10 concejales y concejalas del PSOE.
En el turno de preguntas del público asistente y tras escuchar las deplorables intervenciones de los grupos que la aprobaron, saqué fuerzas de donde pude, con lágrimas en los ojos me dirigí a la alcaldesa y le pregunté al respecto, señalándole que los gestos son importantes y rogándole que reflexionaran y no cursaran efecto a la decisión aprobada. Su respuesta decepcionante, repitiendo los mismos argumentos de quien defendía la propuesta de resolución.
El día 26 de junio de 2025 será recordado en Huesca como la fecha en la que la corporación municipal aprobó una de las mayores infamias perpetrados contra quienes defendemos la igualdad entre hombres y mujeres y cada día luchamos contra esa lacra, la violencia machista, que cada día nos mata por el simple hecho de ser mujeres.
Con el acuerdo aprobado, queda anulado el pacto plenario del 28 de noviembre de 2024, que establecía la realización de este gesto institucional como muestra de repulsa por cada víctima de violencia machista, un acto que se consideraba extensivo a los vecinos y vecinas de la ciudad y al conjunto de trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento
Sepan que cuentan con la reprobación de muchos vecinos y vecinas de Huesca.
Un día triste para Huesca, un día triste para las mujeres. Los minutos de silencio son importantes.