Champán y Titanic

El barco transportaba entre quince y veinte mil botellas de cerveza, dos mil de vino y champán y 850 de licores y alcoholes

Escritor y divulgador
15 de Abril de 2024
Botellas de champán conmemorativas de Henri Abelé por el Titanic

Se cumple esta semana el aniversario del hundimiento del paquebote más legendario. En la madrugada del día 15 de abril de 1912 fallecían, en una de las tragedias más famosas de la historia naval, 1.495 personas, pero eran recogidas con vida 712 que ese día “volvieron a nacer”. El Museu Marítim de Barcelona, acogió el 15 de abril de 2012 la recreación de la cena, con el mismo menú del restaurante de lujo ''Le Parisien'': hubo 200 comensales --los mismos que, en primera clase, disfrutaron de esos platos en el buque--, sonó la misma música que entonces y se bebió el mismo champán. Estuvo organizada por la Fundación Titanic.

El menú oficial servido en una réplica exacta de la vajilla de entonces constó de ostras aliñadas, tarrina de foie, consomé Olga, filete de lenguado al curry acompañado con arroz, confit de pato con compota de manzana, y pudding Waldorf con éclairs (o petisú) de vainilla y chocolate con helado francés.

Finalmente, se guardaron tres minutos de silencio mientras sonaron las sirenas de los barcos como homenaje a las 1.495 personas que murieron en el naufragio, y todos los comensales recibieron una flor. En total, en el Titanic viajaban 2.207 personas, entre pasaje y tripulación. Para alimentar y satisfacer a tan alto número de invitados, muchas de ellos de gustos refinados, las bodegas del buque estaban repletas de alimentos y bebidas, entre estas últimas, vinos, licores y champanes.

En este punto, las cifras bailan de unas fuentes a otras, pero se cree que el barco transportaba entre 15.000 y 20.000 botellas de cerveza; unas 2.000 de vino y champagne, y unas 850 de licores y alcoholes.

No se tienen registros escritos de vinos y espumosos embarcados en el buque, pero sí se sabe que el cocinero August Escoffier eligió seis marcas de champagne para acompañar sus platos en el restaurante de primera clase. Entre estas se encontraba Henri Abelé, la bodega de Reims fundada en 1757 que en 1985 pasó a formar parte del grupo español Freixenet. Y ahora propiedad del Centro Vinicole-Champagne Nicolas Feuillatte, que es la unión más antigua de productores de champagne y, en la actualidad, está compuesta por 82 cooperativas vitivinícolas que representan a más de 5.000 viñedos de la región del Champagne francesa.

Con motivo del centenario del hundimiento del buque, la Fundación Titanic propuso a Henri Abelé ser el ‘champagne oficial’ de los actos conmemorativos y, para ello, la bodega ‘reeditó’ aquel espumoso que se sirvió en el malogrado barco.

Kate Winslet, con botella específica numerada del Titanic

El champán fue Henri Abelé que era el que se estaba tomando durante esta cena. Y en ese sentido la Fundación Titanic y coincidiendo con el aniversario, puso en marcha la venta de 100 botellas del mítico vino espumoso. En las primeras 12 horas de ese día, en la Fundación se recibieron 63 solicitudes para hacerse con una de las 100 botellas de champagne, numeradas, lacradas, certificadas y personalizadas, que la prestigiosa bodega francesa Henri Abelé, creada en 1757, elaboró exclusivamente para la conmemoración del Centenario del Titanic.

Las 10 primeras botellas fueron asignadas a los jefes de Estado de los EEUU, Francia y España, y a la Reina de Inglaterra e Irlanda del Norte, así como a los alcaldes de Belfast, Liverpool, Southampton, Cherbourg, Queenstown y Nueva York, ya que todos estos países y ciudades tienen una directa relación con el Titanic.

Hoy día, 112 años después del fatídico hundimiento, centenares de botellas deben de permanecer aún en las entrañas del buque, a más de 3.800 metros de profundidad. ¿Podrán ser recuperadas algún día? ¿Estarán en condiciones de ser consumidas? Todo un misterio. Como muchos de los que aún envuelven al Titanic.

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