Cuatro mil personas han vestido este domingo la ciudad de Huesca de color rosa, para simbolizar su unidad contra el cáncer en una actividad que siempre desata muchas emociones.
La IX Carrera Huesca Contra el Cáncer, que organiza la Fundación Alcoraz a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), ha vuelto a cumplir las expectativas, con la sociedad oscense volcada y los voluntarios de ambas entidades dejándose la piel en cada detalle.
Se esperaba ambientazo, porque la entrega de las camisetas y los dorsales ya se vivió este sábado con una gran animación.
Las motivaciones que han llevado a los oscenses a hacer suya esta iniciativa son diversas y siempre muy personales. Algunos han explicado que acudían para homenajear, de alguna manera, a seres queridos que no pudieron superar la enfermedad y otros, por el contrario, para expresar su apoyo a quien se encuentra en ese proceso o lo pasó en algún momento de su vida.
Un grupo de amigas ha señalado que es importante transmitir a las administraciones la importancia de dedicar recursos a la investigación y, a su vez, ésta es una manera de que la ciudadanía también pueda hacer lo mismo de manera más directa.
"Caminar es hacer deporte y el deporte contribuye a tener un estilo de vida saludable", ha manifestado Pedro, que habitualmente suele hacer ejercicio físico.
La primera línea de la carrera la han ocupado las autoridades, encabezadas por la alcaldesa, Lorena Orduna, el subdelegado del Gobierno en Huesca, José Carlos Campo, y el vicepresidente de la DPH, Ricardo Oliván. Además, en representación de la Fundación Alcoraz ha asistido Javier Cruz, y no se han perdido tampoco la cita varios concejales del PP y del PSOE del Ayuntamiento oscense.
A las 10:00 se ha cortado la cinta y la marea rosa se ha deslizado con agilidad para cumplir el recorrido circular, de aproximadamente 4 kilómetros, que les devolvería una hora después -los más rápidos antes- a la plaza de Navarra, punto neurálgico de la jornada.
Mientras se cubría esta distancia, las voluntarias y voluntarios de la AECC y de la Fundación Alcoraz se aseguraban de que todo estaba listo para repartir el avituallamiento al término de la prueba.
Oscenses de todas las edades, algunos acompañados de sus mascotas, y familias enteras -algunas bastante numerosas- han ido llegando escalonadamente. Muchos rostros reflejaban paz y alegría, igual que la organización.
Después, los participantes han cumplido con tres "ritos" que forman parte ya de esta convocatoria: dar buena cuenta del almuerzo con el que les ha obsequiado la AECC, comprar en los puestos de la asociación alguno de sus productos promocionales y hacerse, percha gigante en mano, la foto de rigor en el photocoll.
Después, se ha procedido a la proclamación de los campeones de la carrera. Los primeros en llegar a la meta, en categoría masculina, han sido Gerardo Soriano, Pau Novellón y Carlos Sanmartín, mientras que la primera chica en llegar a la meta ha sido Andrea Castán, seguida de Laura Duque y Alicia Leyva.
Tras la entrega de los trofeos, se ha destacado la aportación de Carpintería Castellar a la Asociación Española Contra el Cáncer de un total de 50.000 euros, que ha recaudado con la venta de sus famosas perchas rosas -y desde hace dos años también verdes-, desde que se puso en marcha la iniciativa de esta Carrera.
Seguidamente, bailarines de Espacio Danza y Límite Fitnes han hecho mover el esqueleto a un buen número de asistentes, que se ha quedado para disfrutar del resto de la mañana.
El presidente de la AECC, José Manuel Ramón y Cajal, se mostraba muy feliz. "Qué puedo decirte si es que esto es lo que queríamos -ha enfatizado- La gente debería tener conciencia de la enfermedad, de la importancia de la prevención, de la necesidad de someterse a los programas de cribado, de contribuir a la investigación. Creo que es fundamental que las personas con cáncer y sus familiares no se sientan solos. La soledad no deseada es muy perjudicial, y si además se padece cáncer, la situación empeora. Así que aquí estamos".
Huesca ha teñido de rosa la esperanza con cada paso que se ha dado en esta carrera contra el cáncer. Porque, aunque a veces suenan a hueco las frases que se repiten demasiado, juntos somos más fuertes y ese músculo es lo que puede empujar con fuerza la investigación y echar el freno a esta dura enfermedad.