La Agrupación de Danzantes hace un llamamiento a la Real Cofradía de San Lorenzo, al Ayuntamiento de Huesca y a todos los participantes para dignificar la procesión del 10 de agosto, Día Grande, después de la mala experiencia de esta última edición laurentina en la que se apreció desorden y demasiados parones que dificultan las evoluciones del dance.
Los danzantes mantuvieron recientemente una reunión para analizar, entre otros asuntos, el resultado de la intensa actividad de estas fiestas en un año histórico en el que bailaron inéditamente en la Cuna de San Lorenzo, el Santuario de Loreto, dentro del 1800 aniversario del nacimiento del patrón. Una efemérides que también se celebró en Roma, en la tumba del mártir, el 25 de julio.
La agrupación que preside Jorge Escario valoraba el esfuerzo de todos y cada uno de los danzantes, pero también convenía que habría que tratar a la mayor brevedad posible la organización de la Procesión de San Lorenzo para evitar todos los desajustes que se producen de manera sistemática y que repercuten en toda la procesión.
Los danzantes reclaman la mejor organización de la procesión porque redundará en el objetivo fundamental, que no es otro que honrar al único imprescindible de todo el desfile, que no es otro que San Lorenzo en su busto de plata repujada sobre la peana. No entran a debatir el orden, este año alterado para situar a los responsables consistoriales y políticos en una posición más avanzada, sí en los ritmos y en algo fundamental: "No podemos sufrir los parones que padecemos".

No duda la agrupación de que los cambios efectuados en esta edición se han realizado "con la mejor intención, pero francamente el resultado ha estado mal" y es algo que "tenemos que hacer saber a la organización, la Real Cofradía de San Lorenzo, y al Ayuntamiento. Es evidente que la procesión no se realiza en honor de los danzantes, pero son una figura fundamental con la que se identifican los feligreses y el pueblo"
El modelo ideal para los danzantes, que debe ser para cualquier persona que entienda la integridad de esta expresión solemne, "es que la procesión no pare en ningún momento, que vaya con su ritmo y su fluidez, que nos permita danzar continuamente en unas condiciones adecuadas. Nos quedamos encajonados entre la peana y la Banda de Música, y aún había gente que pretendía que bailáramos. ¿Dónde?"
UN MANUAL DE CONDUCTA
Los danzantes reconocen, en primer lugar, la autoridad de la Real Cofradía de San Lorenzo, labrada durante siglos de organización de los actos litúrgicos, de la procesión y del día del cofrade. De hecho, también en la asamblea del día 11 surgió este debate en la Real por un balance muy mejorable del desfile procesional multitudinario.
Considera la Agrupación que sería adecuado reordenar la procesión y establecer "normas de conducta absolutamente para todos los que participan en la procesión. Más allá del orden de cada uno de los grupos, no puede ser que haya gente que se incorpore durante el desfile porque así lo haya decidido, porque esto desluce mucho. Tampoco que haya fotógrafos durante todo el recorrido retratando a todos y cada uno, deteniendo la marcha, para después vender las fotos en sus tiendas, que es legítimo pero no a costa de la brillantez procesional".

En un posible manual de comportamientos que se debería entregar a todos los que participan, habría que contemplar que "la solemnidad requiere silencio durante la marcha, olvidar los gestos hacia un lado y otro, dejar de saludarse durante la procesión con apretones de manos o besos, cumplir con unos códigos de vestimenta dignos, evitar el uso de teléfonos móviles y acatar todos los signos propios de urbanidad para el día más importante del año en Huesca".
La Agrupación de Danzantes pide que los contactos para preparar 2026 se inicien ya, con tiempo para afinar todos los detalles, "sin esperar a que San Lorenzo esté encima y la precipitación vaya contra la pulcritud". Esto es, a la vuelta de la esquina, en este mismo otoño.