La mujer no encara el cáncer de la misma manera que el hombre por diversos motivos, entre otros, porque la desigualdad también le afecta cuando pasa por ésta y otro tipo de enfermedades y suma diversos inconvenientes a su proceso.
Una interesante mesa redonda celebrada este jueves en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner de Huesca, organizada por la Asociación Contra el Cáncer, ha puesto de relieve también que la realidad que afecta a las mujeres tiene tantas aristas y es tan compleja que es difícil aunar todos los puntos de vista en una sola conclusión.
El debate ha contado con la participación de la periodista Mamen Mendizábal, el sociólogo Fernando Gil, la psiquiatra Rosa Molina y el presidente de la AECC en la provincia altoaragonesa, José Manuel Ramón y Cajal.
A la pregunta de cómo avanzar en esta desigualdad, formulada por la moderadora, la periodista Esther Puisac, Rosa Molina ha destacado la conveniencia de debates como el que se estaba celebrando, porque “la comunicación es un gran reto y la información, al final, es salud”.
La psiquiatra ha recordado que la salud es un estado de bienestar físico, psíquico y social, y el impacto del cáncer es muy complejo porque va a depender de muchos factores, como la edad, el sexo, la zona donde vivas o los recursos, entre otros.
La mayoría de estudios referidos a la mujer y el cáncer se refieren al de mama, "por goleada", y se fijan en su afección psicológica.
En general, según la psiquiatra, las mujeres expresan más sus síntomas, pide ayuda y está mejor aceptado que lo haga que en el caso del hombre, adoptan el papel social de una persona enferma pero los médicos se toman menos en serio sus síntomas que los informados por el hombre y reciben más psicofármacos. También afronta un mayor impacto ante los cambios físicos que experimenta, en zonas muy visibles, por la presión social.
Los hombres comunican menos y se puede subestimar su enfermedad, e impacta en su rol de fortaleza y no vulerabilidad.
En opinión de Mamen Mendizábal, “la equidad, en general, es que todo el mundo tenga acceso a una sanidad de calidad, sin ningún tipo de sesgo”.
Además, la periodista ha planteado, en un interesante debate con Fernando Gil, que la mujer actual tiene características muy diversas y, sin embargo, se siguen repitiendo ideas antiguas a la hora de analizar cuestiones como la propuesta para la mesa redonda. Por ello, ha pedido que se “actualice” el concepto que se tiene de ella, y una “apertura de miras” para que cuando se aborden temas de género, se tengan en cuenta otras perspectivas, por ejemplo, sobre la sexualidad o las unidades familiares.
Gil, por su parte, ha sostenido que apelar a la historia permite que la mujer y el resto de la sociedad sepan qué discriminaciones ha sufrido para poder “empoderarse” y ha considerado que las tesis expuestas en la mesa redonda son válidas para cualquier tipo de mujer.
Según ha explicado el sociólogo, a la mujer se le ha educado como "el sexo débil" y se le ha identificado con la enfermedad y "hay que repensar esa diferencia y preguntar a la mujer qué diferencia quiere construir".
Ha recordado que las mujeres son cuidadoras, por eso también se ocupan de las personas que haya enfermas en la casas, y según considera, en primera persona también lo vive de forma más sufriente. "Como tiene más esperanza de vida lo padece con mayor frecuencia y le toca en las etapas más complicadas, a partir de los 30 años, que es cuando comienza a tener hijos y a partir de los 70, cuando el cáncer es más letal y muchas enviudan". Gil Ha recordado que las mujeres cobran un 40 por ciento menos de pensión que los hombres.
En otro momento, los especialistas se han referido a las formas que tiene la mujer de reaccionar a la noticia de que tiene cáncer. Por un lado, ha indicado Fernando Gil, hay quien piensa que no le va a pasar nada y sigue adelante con su vida. “No es negacionista, pero no se expresa, pasa sobre todo en clases populares. Hay que hacer pedagogía para que se quejen”, ha señalado. Por otro lado, hay quien cae en depresión “porque se siente culpable”, ha añadido.
EL LENGUAJE Y LA COMUNICACIÓN
La periodista Mamen Mendizábal ha destacado la importancia de comunicar la enfermedad para avanzar en su normalización. Ha puesto algunos ejemplos, como Betty Ford, Lola Flores y Juilia Otero, que si bien esta última "no es representativa de la mayoría de las mujeres ni quiere serlo", explica "para todos los públicos" cómo se comporta la enfermedad, rompe con la épica y contribuye a que otras personas la asuman emocionalmente. "A través del lenguaje comunicamos cómo queremos ser vistas y podemos cambiar la realidad", ha añadido.
Los ponentes coincidieron también en destacar que la palabra cáncer siempre se le asocia una connotación negativa, porque se utiliza también para resaltar aspectos peyorativos de una situación. Expresiones como “… es el cáncer de la sociedad”, no ayudan.
Para revertir esta realidad, Mamen Mendizábal ha propuesto incidir en lo positivo, en los hitos conseguidos, como la mejora de los tratamientos y de la supervivencia.
Rosa Molina ha agregado que las cosas llevan su tiempo, pero verbalizar la enfermedad puede ayudar. También ha comentado, por otro lado, que hay que transmitir la idea de que siempre hay un margen de maniobra, para afrontar la enfermedad de una u otra manera.
El psiquiatra Javier Olivera ha intervenido desde el público para preguntar por qué no se suprime el término y se denomina el cáncer con otro nombre como neoplasia, al igual que en otro tiempo se desterraron palabras como “loco”, “idiota” o “subnormal” para referirse a otras enfermedades.
Mamen Mendizábal ha señalado que, generalmente, han sido asociaciones ciudadanas las que han pedido que se dejasen de emplear algunos términos.
José Manuel Ramón y Cajal ha abogado por trabajar “por la larga supervivencia”, considerada cuando no hay ninguna recaída clínica ni radiológica en diez años. Lograr, en suma, “que las personas mueran con cáncer, pero no de cáncer”. En España, se estima que hay 2,2 millones de personas en esa situación.
También ha resaltado que las mujeres cada vez fuman más y a edades más tempranas, por lo que es urgente frenar esta tendencia. Ramón y Cajal ha añadido que ya se está trabajando para hacer cribados de cáncer de pulmón.
SEXUALIDAD
Otro tema que se ha tratado ha sido la actividad sexual. Según ha observado el sociólogo, se considera todavía un tabú y las mujeres no hablan de cómo les afecta el cáncer al respecto y a veces ni siquiera los oncólogos ni los ginecólogos abordan con ellas esta cuestión.
Además, productos encaminados a mejorar las relaciones, como pueden ser los lubricantes, no entran en los productos financiados por el Sistema Nacional de Salud.
La mesa redonda se ha despedido con el convencimiento de que son muchas más las cuestiones que se pueden abordar y con mayor profundidad, como el cáncer en la edad adulta, por lo que se ha emplazado a la Asociación a organizar una nueva convocatoria con este formato que ha resultado verdaderamente ágil y muy ilustrativo.