Mamen Mendizábal y su experiencia con el cáncer: "Me ha hecho estar más espabilada con la vida"

La periodista, Antena de Oro y Premio Ondas, participará este jueves en una mesa redonda en Huesca

16 de Octubre de 2022
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Mamen Mendizábal
Mamen Mendizábal

La periodista madrileña Mamen Mendizábal, Premio Ondas y Premio Antena de Oro, viajará a Huesca esta semana para participar en una mesa redonda, organizada por la AECC, en la que se hablará acerca de la manera en la que encara la mujer el cáncer y los problemas que representa para ella.

El acto tendrá lugar el 20 de octubre y se realizará en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner. Estará acompañada por el sociólogo Fernando Gil, la psiquiatra Rosa Molina y el presidente de la Asociación Contra el Cáncer en la provincia altoaragonesa, José Manuel Ramón y Cajal. 

 Mendizábal, especializada en los últimos años en temas de salud y medicina, tuvo bien pronto un profundo conocimiento de esta enfermedad. Su madre falleció de cáncer, a los 60 años, con una metástasis de origen desconocido. La periodista había cumplido poco más de veinte cuando se lo diagnosticaron.

Convivieron con esta dolencia aproximadamente una década. “La 'quimio' y la 'radio' eran entonces muy salvajes, la enfermedad era lo mismo que ahora. Actualmente, las terapias han avanzado muchísimo -indica-. Y, aunque la palabra pueda no gustarle a alguien, mi madre peleó mucho”.

La comunicadora es embajadora de Constantes y Vitales, la iniciativa de Responsabilidad Corporativa de Atresmedia TV vinculada a La Sexta y está muy en contacto con este campo informativo. “Hay cosas que no han cambiado: cómo recibes la noticia, cómo se la das a tu entorno, cómo te preparas. Los equipos médicos siguen siendo parecidos, pero han cambiado los recursos a tu alcance, la efectividad de la medicina y la supervivencia, afortunadamente -afirma-. Ojalá esta enfermedad, como nos decían los médicos cuando mi madre estaba enferma, se acabe cronificando y sea, por ejemplo, como la diabetes. La realidad es que ahora no lo es”.

Reconoce que durante un tiempo sintió miedo a padecer la misma patología que su progenitora, máxime cuando fue operada de un tumor benigno. “Pero va pasando un trimestre, un semestre, un año y, poco apoco, se te va olvidando el miedo. Y ese miedo que se introduce en la vida de uno tiene cosas horrorosas, pero cuando ves la vida como algo frágil y que se puede extinguir, la vives con más intensidad. Como la ves finita, la quieres disfrutar y aprovechar más. Creo que esa lección me ha hecho estar más espabilada con la vida y ser un poquito más ambiciosa con ella”.

EL EJEMPLO DE JULIA OTERO

Mamen Mendizábal explica que, como mujer y como periodista, en la mesa redonda que se va a celebrar este jueves en Huesca pondrá los ejemplos de otras colegas como Julia Otero y Ana Rosa Quintana, que en los tiempos más recientes han verbalizado que tenían un cáncer y que están en un proceso de superación. “Es muy importante la pedagogía que están haciendo y el mensaje de que hay que invertir en investigación”, considera.

Añade, que son muy importantes las explicaciones que han dado para que cambie la percepción de esta enfermedad. “Creo que ha evolucionado mucho el mensaje: de ser casi un estigma a darlo a conocer públicamente, y eso se consigue gracias a la comunicación y, especialmente, a la comunicación femenina”.

La periodista observa que son “muchos menos” los hombres que “dan la cara” cuando se ven en una situación similar. “De hecho, cuando se retiran de sus puestos porque están enfermos, no lo cuentan. Cuando tienen que coger una baja es como que se van un poco por la puerta de atrás y las mujeres no, las mujeres lo comunicamos, lo hacemos público y, por tanto, lo compartimos y lo socializamos”.

En su opinión, añade, la actitud de las mujeres “permite generar empatía con los que están sufriendo y con los que quieren que te pongas bien”.

Aunque advierte de que sólo es una percepción, señala que a los hombres obran de ese modo, porque, culturalmente, “les han enseñado a guardarse las vergüenzas y a ser de una determinada manera” y  "estar enfermo te hace débil, pero también te hace humano -precisa-. Además, trabajar la fragilidad te hace más fuerte. Creo que nuestra gestión emocional es un poquito mejor que la de los hombres”.

SOMOS DIFERENTES

La gran comunicadora madrileña ha permanecido este año muy en contacto con el cáncer y sus novedades, a través del canal de pódcast de la Sociedad Española de Oncología Médica en el que participa como presentadora. Varios de ellos, se han centrado en sesgos de género. “Por un lado -comenta-, la comunidad científica cree que la precisión en los avances médicos no puede progresar si no tenemos en cuenta que el efecto de las enfermedades es diferente en hombres y mujeres, y por tanto lo es el de los tratamientos, porque físicamente no somos iguales. Hasta hace 30 años, por ejemplo, no se investigó que el corazón era distinto y, por tanto, se necesitaban intervenciones diferentes. Ahora también se están adaptando a esto los ensayos clínicos y eso es superimportante”.

MUJER Y EQUIDAD

Otro asunto sobre el que pondrá el foco es el hecho de que, al igual que en otras profesiones como la de la comunicación, “hay mucho camino que recorrer para romper esa especie de techo de cristal que existe en las especialidades médicas, que impide que las mujeres ocupen los cargos directivos”.

Asegura que no le gusta hablar en términos negativos, pero la periodista destaca que, por otro lado, la mujer encarna todavía el papel de cuidadora: de los mayores, de los hijos, de las personas dependientes y de los enfermos.

Un dato objetivo que pudo apreciar durante la pandemia de covid-19 fue que el número de publicaciones científicas de doctoras e investigadoras “cayó muchísimo”, no así en el caso de los hombres. “Quiere decir que ellos siguieron haciendo lo que hacían, pero las mujeres se dedicaron, además, al cuidado de las familias”, apostilla.

EL LENGUAJE

Aunque no es el motivo de la mesa redonda, Mamen Mendizábal responde, como periodista, a las polémicas que suelen surgir en torno a los vocablos que se emplean para referirse a las enfermedades, al cáncer en concreto y a todo lo que tiene que ver con esta dolencia, como “luchar”, “sufrir” o “padecer”.

“El lenguaje condiciona la realidad, a través de las palabras entendemos el mundo y lo transformamos, por tanto entiendo que para los que tienen cáncer o están en contacto con la enfermedad haya términos malditos”, declara la madrileña y agrega que, si existe un consenso, le parecería bien dejar de utilizarlos. “Muchas veces, los periodistas nos dejamos llevar por la épica de la victoria: cuando alguien sobrevive, se ha agarrado a la vida; utilizamos estos lugares comunes sin pensar que a lo mejor han quedado caducos o no vienen bien. Hay que reaprender a hablar, igual que lo hemos hecho en ámbitos que tienen que ver con la raza o el género”.

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