Entre chuleta y chuleta, solidaridad ante la ELA: Miguel Escuer entrega a Belén Arcos 2.054 euros para Araela

El carnicero oscense ha realizado con sus clientes una campaña durante de otoño a Navidad a beneficio de la asociación aragonesa

29 de Enero de 2025
Guardar
Belén Arcos y Miguel Escuer en la carnicería con las huchas por la ELA
Belén Arcos y Miguel Escuer en la carnicería con las huchas por la ELA

Todo se fraguó en aquella velada hermosa del 4 de octubre, cuando Belén Arcos reunió en su Abadía de Siétamo a todos los que desearon acompañarla y, paralelamente, embeberse de la problemática de la Esclerosis Lateral Amiotrófica que padece. Conocer para actuar, ese sábado, más allá de la recaudación de la comida y la venta de lotería, surgieron los compromisos y, en primera línea, la de esos titanes de la solidaridad que son Miguel Escuer e Ignacio Almudévar. Este último compró "una carretilla" de lotería y la entregó a Araela, la asociación aragonesa que estaba representada por Olga Mélida, su presidenta, para llamar a la fortuna.

Miguel Escuer no cejaba de decir que había que hacer algo y que él, de hecho, iba a iniciar una campaña para el consumo de Navidad para destinar una parte de la recaudación, además de la voluntad de sus clientes, para los objetivos de Araela de visibilización de la enfermedad, ayuda a los enfermos y familiares y contribución a la investigación. Pocos días después sucedería un espejismo: la aprobación de la Ley ELA que, hasta la fecha, no es sino papel mojado, agua de cerrajas, un engaño como ha reconocido el por aquellos días entusiasmado Jordi Sabaté Pons, el activista de la causa con causa (por vía padecimiento durante años).

Desde la cuenta de la Abadía de Siétamo, el restaurante de Belén Arcos que, por cierto, ha iniciado su temporada de calçots con un menú francamente espectacular y harto recomendable, han agradecido a "Miguel, su equipo y sus clientes el esfuerzo tan enorme que han hecho durante semanas para recaudar en su carnicería la barbaridad de 2.054 euros".

Miguel Escuer, que tan sólo tiene ambición para llevar su espíritu benefactor siempre un paso más allá, asegura que podría ser más, pero no encuentra palabras suficientes de gratitud para los clientes y también para Belén Arcos por encontrarla en el camino para cumplir su objetivo fundamental en la vida, el que él mismo ha escogido: ayudar. Sin más, nada menos.

Sucede, por cierto, esta bonita acción del comerciante que ejemplifica la generosidad a otra reciente que también emocionó a la familia, a Belén, a su hijo Adrián (que regenta con brío y guante de seda ahora mismo el restaurante) y a Nacho, que fue la de Indoor Huesca que también ha contribuido a la causa de Araela.

Pequeños granos desde una humilde ciudad que engrandecen su corazón y bombean la sangre que necesita la sociedad para suturar las heridas de la enfermedad y de las insuficiencias institucionales. Miguel Escuer lo ha vuelto a hacer, Belén Arcos ha obrado un milagro más junto al suyo propio de la vida a la que sonríe sin perder un gramo de fuerza. Felicidades.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante