La feria navideña de Huesca ofrece productos diferenciados con la maestría de los artesanos

Los vendedores se muestran satisfechos con la afluencia de oscenses a esta muestra que permanecerá hasta el día 6 de enero en la plaza López Allué

Periodista
28 de Diciembre de 2022
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Maestría de los artesanos en la feria navideña de Huesca

La feria navideña de artesanía de Huesca acerca a los oscenses productos que son arte, tradición, cultura, naturaleza, que hablan del territorio, de quienes se esfuerzan por mantener la base y la diferencia aplicando su maestría.

Catorce muestras se pueden conocer en la plaza de López Allué, donde aportan el ambiente navideño junto al gran árbol iluminado y la pista de hielo. Muchos oscenses han recorrido estos días los puestos de la feria que ya ha pasado su ecuador y estará abierta mañana y tarde hasta el 6 de enero. Entre los vendedores, muchos están contentos, aunque hay quien también está teniendo una feria más floja de lo que esperaba.

Natalia Nasarre Larruy se ocupa estos días junto con su padre, Antonio, del puesto de los quesos artesanos de Guara, sabor y calidad para un productor natural y tradicional. Llevan acumulada una década de presencia en la feria de Huesca -aunque faltaron los tres últimos-, donde presentan nuevos productos que quieren que el cliente conozca.

“Estos últimos años se decidió presentar el producto en formatos más pequeños dirigidos a regalar o que tengan más presencia que el corte”, explica Natalia. Caprichos de Guara presenta también varias novedades. “Después de llevar muchos años haciendo en formato pequeño los de oveja y cabra -continúa Natalia-, hemos implementado de oveja con romero; vaca, cabra con vino tinto; vaca con pimentón y vaca. Es un formato que está gustando, la promoción para la feria es muy buena y la gente la está acogiendo muy bien”, señala.

Apunta que muchas personas recorren los puestos, aunque no se gasta mucho dinero. “Va comprando agarrándose un poco por la incertidumbre de esta situación”, considera.

En un registro distinto, Alejandra lleva el puesto de la zaragozana Ké Pedrolo, con todo tipo de minerales. “Regala salud”, es su lema y explica que disponen de “un poco de todo, para bienestar interior o exterior. Un regalo perfecto para una amiga, madre, abuela… a cualquier persona le viene bien un mineral. Incluso para los niños que coleccionan minerales; hay regalos para todo el mundo”, anima.

Es la primera vez que están en esta feria oscense y el balance por ahora es positivo. “Estamos contentos. Por las tardes está animado, hay muchísima más afluencia de gente”, señala.

Cerca de ella se ubican estos días Claudio Ramírez e Inma Bielsa, de La Fábrica de Naval, con su turrón artesanal, que elaboran desde hace más de una década. “El año pasado fue nuestro 10 aniversario y estamos contentos. En la feria también, es el segundo año y lo más importante para nosotros es visibilizarnos, que la gente sepa qué hay detrás de La Fábrica”, comenta Claudio.

Clientas observan los productos de uno de los puestos de la feria navideña
Clientas observan los productos de uno de los puestos de la feria navideña

Aclara que, a pesar del nombre, son “muy artesanos”. “Tenemos un restaurante al aire libre en verano en Naval en un lugar que había sido una antigua alcoholera en los años 30-40, que llamaban la fábrica. Cuando empezamos en ese local nos llamaban los de la fábrica, y al final le pusimos ese nombre”, explica. Así que en verano se dedican a cocinar en el restaurante y a mediados de septiembre empiezan con el obrador.

“Empezamos con dos variedades de turrón y hemos ido aumentando año a año y ahora estamos en siete; seis las hacemos con azúcar integral de caña, que es un edulcorante sano -no estamos por el azúcar blanco para nada- y es una alternativa muy gustosa porque la melaza de la caña de azúcar aporta mucho sabor. Y una última, para los que no pueden o no quieren tomar azúcar es con un edulcorante del abedul de Finlandia”. Según explica, “está teniendo tanto éxito que se termina rápido. En el restaurante lo tenemos como turrón de verano porque tiene un punto fresco en la boca, es muy interesante de sabor”, apunta.

En la plaza López Allué también muestra su trabajo Lucía con su marca Ludehu. Es una asidua a esta feria en la que ha participado veinte años mostrando los productos que elabora en su taller del Coso, el mismo tiempo que lleva dedicándose a la artesanía.

“Lo que ofrezco en mi puesto es todo artesanal y todo productos para regalar, principalmente femenino”, señala.

Encuentra el ambiente en la feria “más o menos como todos los años, aun queda la mitad, y hasta ahora ha habido mucho ambiente por las tardes, estamos con la pista y el árbol… Viene la gente y se crea un ambiente majo”, destaca.

Junto a este puesto, Laura ofrece miel Oz, de Hoz de Jaca, “cien por cien artesanal, un producto de la tierra, del Pirineo y de la sierra de Guara, del valle de Tena y Riglos”, explica.

Tienen una tienda donde venden sus productos en Huesca y es la primera vez que se suman a este mercado. “La receptividad del público ha sido muy buena -asegura-, y lo más seguro es que repitamos, porque estamos muy contentos”.

Es un “estupendo mercadillo y hay muy buen ambiente estos días. Se nota que la gente está feliz de compartir, de pasar buenos ratos, de darse una vuelta por aquí”, considera.

Aunque no todos han cumplido expectativas, para Raquel Sanz la feria sí se está desarrollando como esperaba. Ha venido de Zaragoza a exponer por primera vez la joyería textil que elabora, además de otros productos que se pueden encontrar en su puesto. “Después de la pandemia, parece que la gente está despertando”, comenta y apunta que lo que más vende son pequeños detalles. Aunque la Nochebuena no fue muy bien, “todavía quedan muchos días hasta Reyes y el ambiente es estupendo”, dice.   

Raquel, también de Zaragoza, es otra asidua a la feria en la que participa desde hace una docena de años. “También acudimos los dos años pasados en que, a pesar de la pandemia, el Ayuntamiento de Huesca tuvo a bien organizar una feria como pudo”, señala.

“Este año la veo muy animada, la gente está muy por la labor de salir, de hacer todo lo que puede para compensar un poco el tiempo en que hemos estado encerrados. Además, el tiempo está siendo maravilloso, acompaña muchísimo”, dice.

Raquel se dedica a hacer joyería y bisutería para los trajes de jotera. “Ese es nuestro fuerte como fabricantes, y en Huesca tenemos como distribuidor a Cardelina. Nuestro artículo gusta mucho siempre y está yendo muy bien, estamos muy contentos”, señala.

También lo está Jorge, miembro de Celia Berdú Joyería, “que es mi pareja y mi maestra”, apunta, y está recogiendo muchos pedidos de sus joyas personalizadas.

Como explica Jorge, trabajan con plata de ley y es todo artesano. “Los clientes nos mandan la foto de su montaña favorita, la ermita de su pueblo…  y nosotros lo recortamos en una chapa de plata y la soldamos en pendiente, colgante, pulsera o lo que sea. Ha gustado un montón y nos han hecho muchos pedidos. Hacemos cualquier pieza personalizada, anillos, sellos, colgantes, de todo”, remarca.

Jorge es de Zaragoza y Celia de Leciñena y se inspiran mucho en los Monegros para su trabajo. “Es la zona donde más estamos y donde queremos vivir”, señala. Tienen el taller en casa y un punto de entrega en la capital aragonesa y también entregan por correo.

“Es nuestro primer año en la feria de Huesca, pero esperamos volver. Repetiremos”, concluye.

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