Manos Unidas Huesca anima a los oscenses a poner freno a la desigualdad

Ha presentado su Campaña 64 y el proyecto en el que trabajará este año para mejorar la producción a través de sistemas de riego en una ciudad de Malawi

Periodista
09 de Febrero de 2023
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Presentación de la campaña de Manos Unidas en Huesca.
Presentación de la campaña de Manos Unidas en Huesca.

Manos Unidas ha lanzado un grito de esperanza para decir que es posible acabar con la desigualdad y el hambre y ha animado a actuar. Lo ha hecho durante la presentación de su Campaña 64, que ha congregado a numerosos oscenses en el Círculo Oscense y en la que la presidenta de esta asociación de la Iglesia en Huesca, Rosa Tenas, ha estado acompañada por el obispo de Huesca y Jaca, Julián Ruiz Martorell, el alcalde de la ciudad, Luis Felipe, y el diputado provincial de Asuntos Sociales, Antonio Biescas, entre otros.

Tenas ha recordado que Manos Unidas es una ONG para el desarrollo, que nació hace 64 años con el propósito de luchar contra el hambre, y ha puesto de manifiesto que desde la pandemia la lacra es mayor y “una amenaza para todos. Ha crecido la desigualdad entre el primer mundo y los países del sur, y comunidades a las que ya antes les costaba mucho salir adelante ahora está siendo muy difícil que puedan desarrollarse. Hay 150 millones de personas más que pasan hambre desde la pandemia”, ha señalado.

Por eso, ha recalcado que es “hora de actuar”. “Muchos de nosotros creemos que es imposible acabar con la desigualdad y el hambre mundial, y eso no es verdad. Desde Manos Unidas queremos lanzar un grito de esperanza para desterrar esa idea de nuestra mente, porque sí es posible”, ha asegurado.

Es lo que traslada el lema de la campaña de este año: “Frenar la desigualdad está en tus manos”, con un cartel que “hace que nos fijemos en una parte de nosotros con un poder tan grande como queramos darle -ha recalcado la presidenta de Manos Unidas-, que son nuestras manos. Con ellas somos capaces de abrazar, de acoger, de ayudar, de apoyarnos, somos capaces de luchar y de agradecer, de dar ánimo, de felicitar e incluso con nuestras manos podemos hablar”.

Julián Ruiz Martorell, Antonio Romeo y Rosa Tenas.
Julián Ruiz Martorell, Antonio Romeo y Rosa Tenas.

Y son unas manos en blanco y negro “porque ahí caben todos los colores y en esta lucha contra la desigualdad entran todas nuestras manos: negras, blancas, grandes, pequeñas, de trabajadores, de voluntarios… Todas son necesarias, necesitamos tus manos, porque todo depende de nosotros”, ha finalizado.

Durante el acto se ha dado a conocer también el proyecto en el que se va a trabajar este año, denominado “Mejora de la seguridad alimentaria y la producción a través de sistemas de riego”, que se llevará a cabo en Pondani, ciudad situada en el centro de Malawi.

Por Manos Unidas Huesca, Lucía González ha explicado que en esta localidad no se dispone de grandes recursos, salvo la propia tierra, “que corre el riesgo de degradarse por la presión demográfica y los malos métodos de cultivo. La agricultura, principal actividad económica, sigue dependiendo de la lluvia, y más de un millón de personas en Malawi no tienen suficiente para alimentarse durante todo el año, por lo que el regadío de los pequeños agricultores es especialmente importante para su seguridad alimentaria y nutricional”.

El objetivo del proyecto es mejorar la calidad de vida de 200 agricultores y sus familias, con 1.400 beneficiaros indirectos, mediante la mejora del actual sistema de riego, lo que se conseguirá construyendo primero una presa y luego un sistema de canales permanente. “Esto mejorará la diversificación de su producción y aumentará la cosecha”, ha indicado.

Además, se ayudará a la conservación del medioambiente, dando acceso tanto a árboles autóctonos como a frutales. “Los autóctonos combatirán la erosión del suelo, la degradación de la tierra y la sedimentación de los ríos y el embalse, y los frutarles mejorarán la ingesta de nutrientes de la población y actuarán como actividad generadora de ingresos”.

El plan ha sido diseñado junto con los agricultores y con el apoyo de las autoridades locales y el Ministerio de Agricultura y su importe es de 90.371 euros. Tanto este proyecto como el resto que tiene en marcha Manos Unidas se pueden apoyar haciéndose socio y con donativos puntuales en la sede o en la cuenta de Manos Unidas en Ibercaja.

LABOR MISIONERA DE ANTONIO ROMEO

El acto ha continuado con el testimonio del sacerdote de la parroquia de San Lorenzo, nacido en Ayerbe, Antonio Romeo Morlans, quien durante 32 años estuvo prestando sus servicios como misionero en Madagascar con personas con discapacidad y enfermas, donde Manos Unidas colaboró con un proyecto, y 15 años en Chile.

Romeo llegó a Madagascar en noviembre de 1972, con un equipo de misioneros de una diócesis italiana, que le llevó a un mundo “desconocido y diverso”. Poco a poco fue entrando en la vida de la parroquia y con los adolescentes y jóvenes formaron la Asociación los Muchachos de la Parroquia, que formaba grupos por barrios con objetivo de ayudarles a vivir en plenitud su fe cristiana, crecer humana y culturalmente y mejorar sus vida y entorno. “Llegué a ser amigo y confidente. Esos cuatro años se resumen en amistad”, ha señalado.

En 1976 fue voluntarios al refugio del enfermo, desde donde desarrolló su trabajo cubriendo las necesidades que se presentaban las personas con discapacidad y enfermos por “aislamiento, falta de cuidados, falta de medicinas y tantas veces por el desconocimiento de que su problema de salud tiene cura; no conocían que podrían curarse”.

Los objetivos en el refugio eran primero la búsqueda: “Llegar a todas estas personas enfermas, que comprendan que su enfermedad no es una maldición, que pueden curarse y que estamos para caminar con ellos. Había que visitarles, siempre estábamos en en camino para llegar a ellos a pesar de encontrarse sitios poco accesibles. Luego surgía la confianza mutua, la esperanza y al final el aceptar curarse”.

El segundo era la cura y finalmente el objetivo de la reinserción social, a través de formación, y donde se enmarca la construcción de un centro de acogida de formación agrícola para unas 50 personas, proyecto que se realizó a través de Manos Unidas. “Los trabajos comenzaron el 15 octubre de 2002, fue mi último servicio para mis queridos enfermos y discapacitados -ha dicho emocionado-. el 13 de junio 2004 dejaba Madgascar y fue a Chile, donde pasó 15 años en una parroquia que marcaron su vida. En enero de 2020 volvió a sus raíces.

Ha mostrado su “agradecimiento a Manos Unidos por su colaboración en la obra de Madagascar y ha invitado a apoyar “los proyectos vienen de la base y apoyan la base. Los pobres no pueden esperar más, no mires de lejos el sufrimiento de tus hermanos”, ha lanzado.

"ITINERARIO COTIDIANO DE LARGO RECORRIDO"

Finalmente, el obispo de Huesca ha hecho referencia al lema de la nueva campaña y ha lanzado que “no debemos resignarnos ante la magnitud de las empresas que suponen hacer frente a la desigualdad. La brecha sigue creciendo y es preciso ponerse manos a la obra para frenar esta escalada. Está en nuestras manos cambiar la realidad desde una reciente responsabilidad y constante colaboración. No se puede esperar que las cosas cambien si no activamos la capacidad de nuestras manos”, ha resaltado Ruiz Martorell.

“En nuestras manos está la posibilidad de realizar gestos concretos, opciones vitales, extensiones de justicia, solidaridad y atención. Poner freno a la desigualdad no es tarea de unos pocos -ha remarcado- ni un proyecto utópico sino un itinerario cotidiano de largo recorrido. Supone combatir las causas estructurales de la pobreza y para eso imprescindible que nuestras manos estén unidas y sean eficazmente activas”.

Gracias por el coraje de hacer frente con manos unidas a este riesgo de la inequidad y la desigualdad”, ha concluido.

El acto se ha cerrado con un recital del “Aula de Teatro y Poesía”.

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