Los peregrinos oscenses llegan a Javier entre abrazos, felicitaciones y enhorabuenas

Finaliza con éxito la 43ª edición de esta tradicional travesía a la localidad navarra

DH
10 de Marzo de 2024
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Última etapa y llegada a Javier
Última etapa y llegada a Javier

Con alegría y satisfacción han llegado los peregrinos oscenses a la localidad navarra de Javier y han participado en la misa solemne que ha marcado el cierre de la 43ª Javierada. Se cierra así la travesía iniciada el pasdo juves, que partió con gran ilusión desde el colegio Salesiano de Huesca.

La jornada ha comenzado a las 7:30, Tras disfrutar de un desayuno reconfortante en el albergue, han llevado a cabo los últimos kilómetros que nos separaban del final del viaje. Con los pies recuperados y las tendinitis en el olvido, aunque no completamente vencidas, los andarines se han despedido de la acogedora localidad de Undués, que les ha tratado tan bien, mientras las nubes amenazaban en el horizonte de la Sierra de Leyre.

Con las mochilas resguardadas y los paraguas en mano por precaución, abandonaron Undués por una pista paralela al tramo de carretera que les ha conducido a Javier. Se han unido a ella para continuar por el asfalto en dirección al límite con Navarra.

En la muga, han hecho una parada para llevar a cabo el tradicional ritual de Purificación del ajo... aunque se han dado cuenta de que olvidaron el ajo. "Afortunadamente, una peregrina llevaba una cabeza, la distribuimos equitativamente para que todos cruzaran el límite provincial "purificados"", ha comentado Antonio Rico, uno de los peregrinos y miembro del Club de Montaña Javieres.

Este tramo, uno de los pocos donde la carretera es más favorable en el lado aragonés, les ha conducido a una pista de tierra que nos acompañó hasta la entrada de Javier. En el último kilómetro, los más voluntariosos, independientemente de su cansancio, lo han recorrido corriendo.

En la entrada más oriental de Javier, frente al cartel que anunciaba la localidad, los peregrinos aguardaban para pasar bajo el arco formado con sus brazos. Poco a poco, todos iban llegando y, entre océanos de abrazos, felicitaciones y enhorabuenas, las lágrimas de alegría se deslizaban conmovidas.

Con una comida popular en el Restaurante Vinacua de SOS, se han despedido hasta el próximo año.

LA JORNADA DEL SÁBADO

El sábado, la jornada comenzó a las 7:00 a.m. cuando sonó el despertador en Longás. El clima no era favorable, ya que estaba lloviendo y la previsión anunciaba un día con pocos cambios. Afortunadamente, la calefacción del albergue les permitió recuperar la ropa seca.

Después del desayuno, todos los peregrinos se dirigieron a la Iglesia de Santa María para realizar las oraciones de agradecimiento y entregar una placa de agradecimiento a Miguel Ángel, Alcalde de Longás, por su hospitalidad. A las 8:30 a.m., después de la foto tradicional en la puerta de la iglesia, iniciamos la tercera jornada. "Aunque había dejado de llover, íbamos bien preparados por si nos sorprendía algún chaparrón", comenta Antonio Rico.

El caminar por la carretera llevó a la formación de pequeños grupos, cada uno avanzando a su propio ritmo en animada conversación. La jornada distendida permitió algunas paradas para cuidar las ampollas, cambiar los esparadrapos y realizar pequeños masajes para aliviar tendinitis.

En el kilómetro 11 de la carretera a Navardún, hicimos una esperada parada para disfrutar del almuerzo preparado por el equipo de intendencia: chorizo, salchichas y bacon

Con las energías renovadas, continuaronla marcha, dejando en segundo plano la heroica jornada del día anterior A las 14:30 horas, divisaron la torre del castillo de Navardún y, media hora después, entraron en la localidad que les acogía, como lo ha hecho en los últimos 10 años.

En un garaje cedido amablemente por el municipio, realizaron la comida: una paella de verduras preparada por el equipo de apoyo. A las 16:15 horas, con unas pocas gotas de lluvia y el cielo encapotado, reanudaron la marcha para enfrentar los últimos 10 kilómetros hacia Undués de Lerda, nuestro lugar de pernocta.

Salieron de Navardún por la antigua cabañera a Sangüesa, atravesando campos sembrados de cereal que verdeaban de forma espectacular, vigorizados por las últimas lluvias. En el cruce con la carretera de Sos a Undués, se incorporaron para afrontar cuesta arriba los últimos 5 kilómetros.

"A las 19:30 horas llegamos a Undués de Lerda. Tras distribuir las literas y espacios de pernocta, realizamos uno de los actos más entrañables de la Javierada: la acción de gracias y recuerdo de los ausentes. Este año, el sacerdote salesiano Alfonso García de Eulate, que solía presidir el acto, tuvo que hacerlo desde la distancia debido a problemas de salud. Nuestros mejores recuerdos fueron para él", indica Rico.

Después de la imposición de pañoletas de la Javierada a los 30 novatos, llegó el momento de cenar y descansar para afrontar al día siguiente la última etapa de la peregrinación, la más corta pero también la más emocionante, con apenas 8 kilómetros por recorrer. La que ha tenido lugar este domingo y ha puesto broche de oro a esta 43ª edición.

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