Como si hubiera salido del cuadro de David Gatta en la plaza de los Urreas, Elvira de Hidalgo sobrevolaba durante toda la velada del jueves en El Alambique la admiración de quienes escucharon hablar a Vicky Calavia o a Juan Villalba sobre la soprano de Valderrobres que rasgó con su portentosa voz los teatros más afamados de Europa en papeles tan memorables como Rosina de El Barbero de Sevilla de Rossini.
A la proyección en la pantalla junto a la pared de la Basílica de San Lorenzo del documental Donare la Divinitá, ha asistido Vicky Calavia, su autora, que ha recordado la confianza en Elvira para el papel de Rosina o el viaje a Helsinki donde hay fotos con sus abrigos de pieles y los lapones a su lado, en una gira en la que cantó entre otras obras La Traviata. Y fue un gran éxito acompañada de cantantes fineses. El gran capítulo de su vida llega con su traslado a Grecia, cantó en griego y era muy políglota, "hasta canciones españolas traducidas a griego, que es una verdadera rareza".
Juan Villalba, autor de una biografía sobre la mítica maestra de María Callas, ha abundado en cuestiones mundanas como sus posibles noviazgos, a los que contestaba que "no tenía tiempo para ese tipo de relaciones, que estaba centrada en el aprendizaje. Yo creo que estas declaraciones que hace una niña de 18 años las lleva a cabo toda su vida". Vicky Calavia reforzaba la idea de que "fue una mujer independiente que ganó grandes sumas de dinero".
Este documental quiere rescatar la figura operística de Elvira de Hidalgo del anonimato y traerla al plano que le corresponde: al del cielo de las divas de la ópera. Llevó siempre a gala en sus actuaciones interpretar el tema “De España vengo…”, pero ha sido, en cambio, olvidada por su país.
La gastronomía de inspiración italiana de El Alambique ha acompañado la velada que ha llenado la hermosa terraza de este refectorio al aire libre, en el que las artes han concurrido en torno a la ópera.