Almudévar tenía una espina clavada desde el verano pasado, cuando una tormenta inoportuna apagó las luces y obligó a suspender el concierto más esperado del Metro Festival 2024. Un año después, el cielo decidió redimirse y ofrecer una noche serena, casi perfecta, para el regreso de Javier Ojeda y Elefantes. Y vaya si la espera mereció la pena.
El primero en salir a escena fue Javier Ojeda, el malagueño que lideró durante más de cuatro décadas a Danza Invisible. Arropado por su banda -“todos neófitos en el mundo de Almudévar”, confesó con humor-, abrió el espectáculo con "El brillo de una canción" y "A este lado de la carretera", dos temas que encendieron el recinto como quien descorcha una botella de champán para brindar con los suyos.
Después llegaron "Libro abierto" y "La rueda", piezas que el público recibió con aplausos cálidos, antes de que Ojeda se permitiera un alto en el camino para recordar que lleva 43 años sobre los escenarios y cerca de 2.300 conciertos. “Y aún sigo disfrutando cada vez que subo aquí”, confesó.
No faltaron los clásicos que lo han convertido en una leyenda del pop español: desde "El ángel caído", a "El fin del verano", "Catalina", "Naturaleza muerta", "Yolanda" y, por supuesto, "Reina del Caribe", con ese guiño implícito al lema que podría resumir la noche: “¡Tú me haces disfrutar!”.
Ojeda bajó hasta tres veces del escenario para mezclarse con sus seguidores, bailar con ellos y fundirse en un abrazo colectivo que convirtió el concierto en algo más que un espectáculo. Entre bromas y agradecimientos, tuvo también palabras de cariño hacia la localidad, recordando el detalle de la Trenza de Almudévar que recibió como obsequio para su madre y admitiendo que, con los años, “uno se vuelve más sentimental y más agradecido con la gente noble, como la de Aragón”.

El malagueño no se olvidó de lanzar mensajes con conciencia social. Con tono firme, denunció a quienes provocan incendios y reclamó mayor compromiso para frenar el deterioro ambiental: “Respetar el planeta no es de izquierdas ni de derechas, es cuestión de humanidad y sentido común”. El cierre, inevitable y apoteósico, llegó con "Sabor de amor", cantada al unísono por un público que parecía no querer soltar la noche.

Tras el huracán de Ojeda, Elefantes tomó el relevo con un directo sólido, elegante y cargado de emoción. La banda barcelonesa, liderada por Shuarma, desplegó su característico universo sonoro: intensidad contenida, letras que atraviesan y una conexión con el público que dejó momentos de auténtica comunión. Cada acorde, cada pausa, sonó a un diálogo íntimo con quienes habían esperado un año entero para poder vivir esta experiencia.
La penúltima noche del festival dejó claro que el Metro Festival 2025 ha dado un salto cualitativo. Entre los asistentes, se encontraba la alcaldesa de Almudévar, Sofía Avellanas, además de otros miembros de la corporación local.

“Felices por una primera noche inmejorable. Con los abonos agotados y cerca de las 1.000 entradas vendidas para el viernes y sábado. Dos directos increíbles. Un paso de gigante de un festival que ha llegado para quedarse”, comentó Luis Costa, coordinador de este evento.
Pero la fiesta no termina aquí. El Metro Festival 2025 afronta este sábado, 23 de agosto, su recta final con una noche que promete emociones fuertes. A las 20:30 horas, subirá al escenario Mercedes Cañas, una de las voces jóvenes más prometedoras del panorama nacional, y a las 23:30 será el turno de Arco, el artista granadino que, tras liderar durante más de una década a El Puchero del Hortelano, lleva casi diez años construyendo una sólida y personal carrera en solitario.
Cuando el silencio finalmente cayó sobre Almudévar, quedó claro que esta noche quedará en la memoria colectiva: una deuda saldada, un público entregado y un cielo que, esta vez sí, decidió bailar al compás de la música.