Pues miren por donde, que el Huesca parece convertirse en el club de la comedia. Todo son bromas... de mal gusto. Que si su valor son entre 34 y 40 millones, que si la economía es espléndida, que hay que poner sordina a los 7,8 millones de pérdidas del año pasado, que la descapitalización es la inquina de periodistas malotes como el que suscribe... El Huesca, al que por cierto hay que felicitar por su reciente éxito reconocido por sus líneas internacionales, ha llegado a la jornada 18 en tal condición de mejora que, ¿p'a qué? ¿Fichajes? Con la mejoría, la trayectoria es exponencialmente tan alcista que es presumible que rozaremos el play-off de ascenso... y a partir de ahí a soñar.
De la famosa conferencia bajo pago, quiso el club quedarse con la visión de vino y rosas, quitando eso sí las espinas. Nadie piensa que quizás estemos inmersos en el escenario negativo, Nadie asume el tirón de orejas por haber actuado tarde, dejándose entre los pelos del sombrado ocho kilitos. Nadie reconoce la insuficiencia comercializadora del club que también aseguró el conferenciante. Y, lo peor de todo, es que debieron taponarse los oídos cuando el economista proclamó: de fichar, olvídense. Esto es, tan magnífica está siendo la gestión, tan buena es la economía, que el exceso brutal en el límite salarial impide incorporaciones... salvo ampliación de capital. Y como la asamblea daba tanto de sí, pues la solución la encontraron rápidamente en la euforia de La Romareda: tal y como va el rendimiento del equipo, quizás no sean necesarios nuevos efectivos. Lo explicó el presidente certeramente: "Hay mucha tranquilidad en el club en general".
Pongamos que, efectivamente, el Huesca no ha merecido perder en Andorra. Estrictamente cierto. Pero tanto como que Hidalgo ha tenido que tirar de lo que tiene, que es poco, muy poco, como para pensar que en un escenario realista la plantilla no necesite cuatro o cinco buenos jugadores, muy superiores a los niveles de algunos de los titulares. Por no minar la moral de los chicos, no desvelaré los puestos. Eso que lo decida Martín González si hay posibilidad de gastar un mísero euro en el mercado de invierno, que no lo veo sencillo. Sólo hay una opción para fichar, sólo hay una posibilidad para salvar la permanencia en el fútbol profesional (llegar a 50 puntos, cuando ahora mismo llevamos 11 goles en 18 partidos). Y pasa no sólo por dejar de poner palos en las ruedas, sino por esa primera providencia que consiste en cambiarse el traje de figurar y trabajar como ricos por el uniforme de la humildad. Y, para éste, hay que mirarle a la afición a la cara y no venderle motos sin carburante.