Raúl Usieto "Pecker" y Lucía Naval muestran la "fuerza inspiradora" del cáncer

El músico y la artista gráfica pone el broche de oro al I Certamen Cangrejo celebrado en Huesca

23 de Septiembre de 2023
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Raúl Usieto Pecker y Lucía Naval: la música el dibujo y el cáncer

El cáncer tiene una fuerza inspiradora colosal, puede dirigir los pasos creativos hacia la luz o hacia la oscuridad, pero siempre es un potente motor.

Pero el arte no sólo sana al creador, también es motivador para el público, que puede encontrar en cualquier disciplina una tabla de salvación.

El músico Raúl Usieto "Pecker" y la diseñadora gráfica y dibujante Lucía Naval cerraron este viernes el I Certamen Cangrejo, organizado por la Asociación Española Contra el Cáncer y la librería Santos Ochoa, que ha contado también en esta primera edición con la presencia de María Nogués y Antón Castro y de Amparo Nogués y Estela Rasal.

El objetivo de este proyecto, "bendecido" por el presidente de la AECC en Huesca, José Manuel Ramón y Cajal, es humanizar la enfermedad y abordar su relación con el arte, y para ello, Lucía y Raúl tiraron de experiencias propias y del aprendizaje en el que se han afanado durante las últimas semanas.

José Manuel Ramón y Cajal, presidente de la AECC en Huesca. Foto Myriam Martínez
José Manuel Ramón y Cajal, presidente de la AECC en Huesca. Foto Myriam Martínez

El primer recuerdo sobre el cáncer de Lucía Naval se remonta a su abuela, que padeció cáncer de mama. "No viví la experiencia con ella, porque yo era muy pequeña, pero sí sus secuelas", explicó.

A partir del tumor, padeció otras enfermedades y falleció el pasado mes de enero. "Fue una persona muy creativa", que bordaba, hacía encaje de bolillos, ganchillo y era "una cocinera maravillosa". En sus últimos años, demás, dibujaba, pintaba y escribía. "Hacer lo que sea con las manos, le mantenía entretenida y feliz", aseguró.

"En un momento de problemas, el arte nos puede ayudar, como consumidores y como creadores", añadió Raúl Usieto, que se remontó a cuando tenía 11 años para referirse a Francis, un chico que falleció por esta dolencia, o a su amiga Gemma, a la que le tuvieron que cortar una pierna, pero siguió adelante; o de otras personas queridas a las que ha tenido que ver marchar, como Clara, Bimba Bosé o su cuñado Pablo, muy nombrado a lo largo de toda la tarde. Todas estas experiencias le enseñaron a "vivir muy consciente e intensamente" todo lo que hace, como el yoga le enseñó a percibir su cuerpo.

"A veces nos creemos que somos sólo lo que pensamos y hay mucho más allá. Parece que la muerte es patrimonio del cáncer y hay que democratizar esa palabra, porque, al final, vamos a morir todos de una cosa o de otra", agregó.

Lucía Naval conoció a una niña de 9 años en las clases de gimnasia rítmica. Después, coincidió con ella en un taller artístico. Ambas se llamaban igual y sus madres también coincidían en los nombres, lo mismo que las abuelas. "No éramos amigas, pero nos unía esta extraña coincidencia. Fue mi primera noción de la muerte, no lo entendía".

La artista gráfica escogió el cómic como soporte de su discurso. "Voy a hablar desde el dibujo, porque es mi lenguaje, de donde parten todos mis proyectos", explicó y sostuvo que el tebeo, la novela gráfica o el cómic, "como se quieran denominar",  proporcionan la posibilidad de "contar las cosas de manera muy libre".

"Si alguna vez tengo cáncer, me gustaría que pudiera ser una herramienta, entiendo que tiene un nivel de acompañamiento", añadió.

La primera vez que Raúl Usieto creyó que la muerte le acechaba fue al sufrir una taquicardia, después de una discusión con su madre por no estudiar. Confesó que es hipocondriaco, que pensó que la gente le ocultaba que su final estaba próximo y se sentía deprimido. Fue "un año de mucho bajón" y lo que le "salvó" fueron los libros de Tintín, que leía por las noches, tocar la guitarra -su padre le había enseñado unos acordes- y escuchar la música que le gustaba.

En otra ocasión y tras sufrir un ataque de pánico en la calle, además de la música fue la fotografía y el contacto con la naturaleza las que le ayudaron a recuperar el ánimo.

Asistentes al I Certamen Cangrejo, en la librería Santos Ochoa. Foto Myriam Martínez
Asistentes al I Certamen Cangrejo, en la librería Santos Ochoa. Foto Myriam Martínez

TRES COMICS

Lucía Naval analizó tres comics que leyó para preparar su intervención en este I Certamen Cangrejo. Algo extraño me pasó camino de casa, de Miguel GallardoLa historia de mis tetas, de Jennifer Hayden, y La ternura de las piedras, de Marion Fayolle.

Gallardo, que fue diagnosticado de cáncer en febrero de 2020, cuenta en su novela gráfica cómo fue el proceso de su enfermedad y el tratamiento, en plena pandemia de covid con confinamiento incluido. Falleció en febrero de 2022. Su último título fue un diario y un cuaderno de viaje para él. "Es interesante cómo interpreta cada autor el tumor", observó Lucía Naval.

Gallardo representó lo caótico que fue vivir la enfermedad en medio del coronavirus. "Acaba llamando al tumor boniato y dialoga con él".

"Mi cuñado Pablo le llamaba Sepia", apuntó Raúl.

Jennifer Hayden tuvo cáncer de mama a los 43 años y antes lo tuvo su madre. La autora cuenta en La historia de mis tetas su relación con su pecho, de manera "explícita y honesta", y cómo finalmente se somete a una doble masectomía. Se representa a sí misma como un ciervo que corre por el campo, para esquivar una flecha.

En La ternura de las piedras, Marion Fayolle cuenta el último tiempo vivido con su padre, su relación y los conflictos que pasaron a raíz de la enfermedad, un periodo complicado donde "todo está candente y vulnerable".

"Es un dibujo de lápiz de color, pero frío y rígido, y al mismo tiempo, tierno y compasivo, lleno de metáforas visuales", describió Lucía, a quien le resultaba interesante cómo trata la autora a su padre, que no aparece victimizado por la enfermedad sino que lo muestra con las aristas de un hombre dominante y autoritario, y por el que siente amor, en todo caso. "En cualquier momento de la vida hay luces y sombras y también en los momentos de la muerte", observó.

Raúl Usieto y Lucía Naval intercalaron sus intervenciones. Foto Myriam Martínez
Raúl Usieto y Lucía Naval fueron intercalando sus intervenciones. Foto Myriam Martínez

LA MÚSICA

El artista oscense citó a algunos músicos que fallecieron de cáncer, como David Bowie, Pau Donés, Bimba Bosé, Pavarotti, Donna Sammer, George Harrison, o Rocío Durcal, pero también enumeró otros que "sí están", como Joan Manuel Serra, Luz Casal, Bruce Dickinson, o Rod Stewart, entre otros muchos.

Hay diferentes maneas de afrontar el cáncer y puso el ejemplo de Bowie y Pau Dones. Ambos se refugiaron en la música y el primero compuso un disco "increíble", Blasckstar, aunque lúgubre y oscuro, donde hace "una lectura premonitoria de lo que le espera". Murió en 2016.

Pau Donés sacó el disco 50 palos que incluía una canción, Humo, "con una mirada bastante oscura para lo que él era". Sin embargo, antes de fallecer, en 2020, publicó Eso que tú me das, "que es todo lo contrario, una canción luminosa, vitalista, esperanzadora y de gracias a la vida".

"El cáncer inspira, en una dirección o en otra: es buscar la luz o plasmar la oscuridad que estás viviendo", sentenció, pero insistió también que también el arte ayuda como espectador.

Recordó, de nuevo, a su cuñado Pablo, que no era creyente pero quiso que, cuando muriese, se hiciera una fiesta de celebración de la vida. Y así lo hicieron sus más allegados, entre 30 y 40 personas que acudieron al cementerio, pusieron la música que a él le gustaba a todo volumen, bebieron diez botellas de su vino preferido y acabaron la noche riendo, en medio de la aflicción.

Usieto finalizó su intervención leyendo un poema de su libro Un vuelo sin la mecánica adecuada, para llegar al colofón del I Certamen Cangrejo con la interpretación de tres canciones, mientras Lucía Naval dibujaba en directo lo que le inspiraba cada una de ellas. 

Mensajes, al fin y al cabo, llenos de vida y esperanza.

 

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