La alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, ha reconocido este viernes que la situación abierta tras el desalojo de los edificios de la plaza de Santa Clara “va para largo” y que la ciudad afronta “una situación sostenida en el tiempo” en la que será necesario actuar con prudencia y mantener una presencia constante junto a los vecinos.
La regidora ha explicado que a las nueve de la mañana se ha celebrado la reunión de seguimiento del CECOPAL, convocada “para seguir trabajando en esta situación que ha tenido la ciudad de Huesca de emergencia”. El encuentro se ha articulado en dos planos: el análisis técnico de los inmuebles y el seguimiento social de las familias evacuadas.
Orduna ha detallado que la propiedad ya ha contratado los servicios para que hagan los ensayos que faltaban en los portales 3, 2 y 1 y que las pruebas han comenzado por el portal número 1, “porque es el edificio que está en mejor situación”.
Ha pedido cautela al señalar que “si las pruebas llegan la semana que viene y ese edificio estructuralmente está bien… quizás esas personas podrían volver a su casa”, aunque ha remarcado: “Hablo de una manera muy prudencial”.
En el resto de los inmuebles la situación es más crítica. En el portal 4 se ha evidenciado que “toda la estructura que está muy dañada”, mientras que el 2 y el 3 presentan patologías diversas.
Para reforzar el diagnóstico, el Ayuntamiento ha incorporado “una empresa especialista en infraestructuras, una de las mejores que hay en Aragón”, con el fin de obtener “un informe técnico aparte, una segunda opinión”.
La intención es delimitar “hasta dónde llegan las patologías, si simplemente están en la planta baja o si hay edificios afectados en las plantas más arriba” y plantear “una solución si la hay”. La alcaldesa ha subrayado que “de momento, a corto plazo, no van a poder volver. Eso sí que está claro”.
La decisión de desalojar, adoptada este jueves, ha sido refrendada esta mañana por todos los técnicos consultados. “Todo el mundo ve que no se podía seguir viviendo allí ni se puede seguir trabajando en los locales comerciales”, ha insistido.
Los accesos continúan controlados para no comprometer la estabilidad de los edificios. Sensores de movimiento, prestados por los bomberos de la Diputación, ya funcionan en los locales con mayor deterioro.
Además, el Ayuntamiento ha establecido un orden de acceso para que los vecinos pudieran entrar a sus viviendas siempre acompañados de profesionales de la seguridad, una medida imprescindible para garantizar que “todo el que entra tiene que hacerlo con garantías”.
Ese protocolo ha permitido que varias familias recuperasen algunos objetos personales, aunque siempre bajo el control de los sensores de movimiento instalados en los puntos más sensibles del edificio. Junto al dispositivo técnico, también han acudido psicólogos y personal de apoyo para atender a quienes lo necesitasen, en una jornada marcada por la tensión emocional y la necesidad de ofrecer contención en medio de un escenario que la alcaldesa ha definido como “un drama tan grande”.
Orduna ha indicado que no se ha detectado ningún registro anómalo y que, por ahora, no se aprecia que los edificios vayan a colapsar, aunque cualquier alteración activaría una respuesta inmediata.
EL PLANO SOCIAL
En el ámbito social, la alcaldesa ha explicado que 97 vecinos, entre ellos 20 menores, han tenido que abandonar sus viviendas y permanecerán instalados en distintos hoteles o en casas de allegados. Ha solicitado que cada situación sea analizada “unidad familiar por unidad familiar”.
“No podemos hacer un global de la situación”, ha dicho , subrayando que cada núcleo presenta necesidades propias.
Orduna ha indicado que parte de los afectados dispone de segundas residencias, mientras que otros dependen por completo de los recursos públicos. Ha reconocido que varios establecimientos hoteleros se encuentran completos y que, según sus palabras, “tenemos los alojamientos totalmente bloqueados”, por lo que habrá que reorganizar a distintos hogares durante los próximos días.
La regidora ha señalado que muchos propietarios desean recuperar objetos personales. Ha precisado, no obstante, que el acceso a los inmuebles solo se autoriza acompañados por bomberos o agentes de la Policía Local, y siempre con los sensores verificando que no se produzca ninguna vibración que comprometa la seguridad.
También ha agradecido la intervención de los equipos de emergencia y del área social, una actuación que ha calificado como “excelente”.
Sobre el comportamiento de los desalojados, ha destacado que “fueron ejemplares ante un drama tan grande”, en referencia a la calma y la colaboración que mostraron durante todo el proceso.
Orduna ha puesto en valor la respuesta ciudadana, que ha considerado especialmente emotiva. “A mí personalmente me están llegando muchos solicitados de ayuda y me emociona”, ha afirmado, al recibir mensajes de personas que han ofrecido habitaciones y viviendas para facilitar el realojo de las familias afectadas.
GESTIÓN DE LA EMERGENCIA
El perímetro permanecerá cerrado mientras continúe activa la fase 1 del CECOPAL. La alcaldesa ha sostenido que el Ayuntamiento es “solvente” para gestionar la emergencia, si bien ha recordado que el presidente de Aragón se ha puesto a disposición del consistorio para activar la fase 2 si fuera preciso. El tráfico sigue desviado y también se han modificado los accesos a varios aparcamientos. La responsable municipal ha reiterado su llamamiento a la calma al insistir: “Pido paciencia, porque esto va para largo”.
Ha descartado igualmente que exista una valoración sobre posibles derribos. “De momento no estamos barajando derrumbes, sería rumorología”, ha advertido, y ha recalcado que cualquier decisión dependerá de los ensayos y los informes especializados que ya se están realizando.
La alcaldesa ha explicado que desde primera hora de la mañana los equipos técnicos trabajan para avanzar en el diagnóstico de las patologías detectadas en la estructura. Las consecuencias alcanzan también a las seis empresas cuyos locales permanecen cerrados. A todas se les ofrece, ha dicho, “una solución personalizada”, aunque por el momento ninguna reanudará la actividad. “No van a abrir”, ha confirmado.
La dimensión del problema ha llevado al consistorio a posponer el encendido navideño y todos los actos previstos para el fin de semana. Orduna considera que “no era adecuado hacer un encendido cuando tenemos aquí una situación de drama social”.
Ha cerrado su intervención destacando la prioridad absoluta del Gobierno local en estos momentos: “Ahora nos tenemos que ocupar de lo que nos tenemos que ocupar… estamos volcados en la gente, en la parte técnica y en la parte humana. Todo nuestro esfuerzo tiene que estar aquí, con los vecinos”, ha concluido.