En el siglo XIX la Universidad de Huesca, gracias a sus profesores y alumnos, se mantuvo conectada con la sociedad del momento, en la que imprimió el sello de su buen hacer y de su categoría académica
A pesar de la falta de apoyo institucional y de la soledad de quienes se aventuran a estudiarla, una y otra vez brotan nuevos studiosi o amantes de aquella ejemplar institución académica
El catolicismo se jugaba con la cábala encontrar el sentido último de las escrituras, lo que había oculto tras ellas, la auténtica palabra de Dios que daría el golpe definitivo a los protestantes y la nueva ciencia.