Aragón cerró 2024 con 120 fallecimientos por suicidio (82 hombres y 38 mujeres), 22 más que el año anterior, según las cifras provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE). El repunte confirma la magnitud de un problema sanitario que no deja de crecer, donde esta causa sigue siendo una de las principales formas de mortalidad externa.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, celebrado cada 10 de septiembre, Cruz Roja Huesca ha puesto en marcha iniciativas de concienciación, como un punto informativo en la plaza de Concepción Arenal, entre las 11:00 y las 13:30, donde voluntariado ha disribuido materiales, resuelto dudas y ofrecido datos actualizados sobre una realidad que continúa siendo invisible para gran parte de la ciudadanía.
Por la tarde, en el salón de actos de la Oficina de Refugiados de Cruz Roja (Pasaje Almériz, antiguo espacio Ibercaja Castillo de Montearagón) se desarrollarán dos conferencias. La primera de ellas, a las 18:30 lleva por título “Tentativa suicida: actuación desde los servicios de emergencia”, a cargo de Ana Benito Marín, oficial del Parque Municipal de Bomberos de Huesca; y, a continuación, los psicólogos responsables del proyecto SOS Adolescentes, Óscar Nadal Ibarz y Noel Torrijos Maurin, abordarán el tema “Acompañando el malestar: una aproximación al suicidio en la adolescencia”.
“Lo que buscamos es sensibilizar a la sociedad sobre el gran problema de salud mental que tenemos con los suicidios”, ha afirmado Manuel Martín Cárdenas, portavoz de la entidad, quien ha destacado la urgencia de actuar en edades tempranas. Según ha explicado, en España se contabilizaron 209 muertes autoinfligidas en menores de 25 años durante 2024, 15 más que en 2023, lo que supone un incremento cercano al 8 %.
En el conjunto del país, se produjeron 3.846 suicidios a lo largo del año pasado, lo que significa que por cada fallecimiento consumado se registraron al menos 20 intentos. La mayoría correspondieron a varones (2.834), mientras que en mujeres se notificaron 1.012 casos, un 6,6 % menos que en 2023. Aunque la cifra global descendió ligeramente, el repunte en la población juvenil ha encendido todas las alarmas.

Los datos del INE muestran que el suicidio se ha consolidado como la primera causa de muerte externa entre los hombres y la tercera entre las mujeres en España. La preocupación se centra en adolescentes y preadolescentes: entre los 15 y 19 años se registraron 76 fallecimientos, 13 más que el curso anterior, lo que representa un aumento del 20 %. En la franja de 10 a 14 años, los casos masculinos pasaron de tres a siete en un solo ejercicio.
“Donde ha crecido y sigue creciendo año tras año es en la franja entre 14 y 25 años. Es una edad preocupante, donde están los chavales adolescentes y básicamente por el ciberbullying, por el acoso escolar”, ha explicado Cárdenas.
A su juicio, el impacto de las redes sociales, la presión académica y la falta de apoyo profesional han convertido la adolescencia en una etapa de enorme vulnerabilidad, donde la soledad y los trastornos emocionales -depresión, ansiedad, baja autoestima- son detonantes habituales.
El portavoz ha insistido en que España adolece de un déficit de psicólogos en el sistema público, lo que ralentiza la atención a personas en riesgo. “Las ideas suicidas necesitan ser escuchadas. No podemos permitir que quien sufre se enfrente solo a algo tan duro”, ha añadido, recordando que la prevención exige una estrategia conjunta donde participen familia, escuela y entorno cercano.
La campaña mundial para 2024-2026 se articula bajo el lema “Cambiar la narrativa”, cuyo propósito es derribar barreras, combatir el estigma y promover la idea de que el suicidio puede evitarse. Organismos internacionales y entidades sociales reclaman un esfuerzo conjunto para identificar señales de alarma, fortalecer redes de apoyo y promover entornos inclusivos que fomenten el bienestar emocional.
“Estamos ante una epidemia silenciosa”, ha concluido el portavoz de Cruz Roja. “Se está muriendo mucha gente y nadie sabe nada. Las estadísticas reflejan solo una parte, pero seguro que hay muchos más casos que no se registran”.
Para Cruz Roja, la prioridad debe ser exigir a las instituciones mayor inversión en salud mental, campañas de sensibilización y más recursos especializados, con el objetivo de frenar una tendencia que, de no actuar con rapidez, seguirá golpeando con fuerza a los más jóvenes.